La Quinta Columna
Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam
Manlio Fabio Beltrones –me dijo una voz autorizada– busca revivir la Corriente Crítica del PRI que en los años ochenta encabezaron, entre otros, Rodolfo González Guevara, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Porfirio Muñoz Ledo.
Ese movimiento, todos lo sabemos, desembocó en la Corriente Democrática y en la fundación del PRD.
Uno de los principales opositores de estos personajes fue, cómo olvidarlo, Manuel Bartlett Díaz.
Sí.
El hoy demócrata Bartlett.
Hay dos cosas por las que un priista se pone en rebelión: porque está desempleado o porque está desempleado.
Algunos logran entrar en la nómina con esas jugadas y se olvidan de la crítica y la democracia.
Aquéllos que no lo consiguen, perseveran en su movimiento y terminan yéndose del partidazo.
Hoy, desde su condición de paria, el PRD es un gran vehículo, aunque Morena viene quitándole todo últimamente.
No fue gratuito que una de las primeras declaraciones de Beltrones como ex presidente del CEN del PRI haya sido que sería una buena noticia que López Obrador ganara las elecciones en 2018.
Con esa frase incomodó al huésped de Los Pinos y generó suspicacias.
¿Cuál será la ruta de Beltrones?
Hay sólo dos sopas:
Una nueva posición en la que maneje presupuesto y poder o una alianza tremendista con los enemigos del partido al que llevó a la peor situación en los últimos años.
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Dicen que no todo está dicho en el tema de los gobernadores electos y que hay uno que no rendirá protesta.
No es Gali ni Yunes ni Carlos Joaquín.
Tampoco Cabeza de Vaca.
No es Corral ni el de Tlaxcala.
Próximamente, en este espacio, los detalles.
Operación Malandro
Los líderes de la organización de comerciantes informales de mercancía ilegal, Fuerza 2000, son unos verdaderos delincuentes.
Pillos grotescos y peligrosos.
En el operativo del viernes pasado, realizado en la 8 Poniente, los golpeadores de esta agrupación recibieron a las autoridades con palos, piedras y hasta balas, con los resultados ya conocidos.
Estos dirigentes, que han hecho un gran negocio de la venta de mercancía ilegal, tienen cuentas pendientes con la ley y ya hay averiguaciones previas abiertas en su contra por delitos como contrabando, extorsión y trata de personas.
(Lo que anteriormente se conocía como Trata de Blancas).
Los malandros son: Federico López Flores, el líder principal, y sus lugartenientes: Héctor González Aguilar y Miguel Cortez Leal.
La próxima semana le mostraré más ampliamente quiénes son estos personajes.
Adiós a la Casa Marinista del Escritor
En el sexenio de Mario Marín surgió un grupo de vividores de la cultura que se apropió de todo: becas, cargos públicos y presupuesto.
Son los mismos que hoy le lloran a la Casa del Escritor.
Hace ya un buen rato que ahí no pasaba gran cosa.
O sí: pululaban personajes nostálgicos del marinismo –verdaderos vividores sexenales– que sólo buscaban su beneficio propio.
Hoy, una vez que fue cerrada la Casa Marinista del Escritor, se escuchan chillidos en esos ámbitos.
A éstos que hoy, furiosos, tiran sus lápices los conocemos todos.
Eran los intelectuales orgánicos del marinismo del Paleolítico.
Y no le lloran a la multicitada casa: le lloran, desde hace tiempo, a las becas que usufructuaron, a los presupuestos que se gastaban para beneficio propio y a sus suelditos de burócratas de la cultura.
Que Luis G. Basurto –su semejante, su par– termine de redimirlos.