La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam

 

Era la época en la que el PRI ganaba todas las elecciones: las municipales, las federales, las estatales, las presidenciales.

Ganaba el PRI hasta en las renovaciones de las mesas directivas de la Cruz Roja, de los clubes Rotario y de las sociedades de alumnos.

No había quien se le enfrentara.

En ese contexto ocurre nuestra historia: la historia que el hipócrita lector tiene ante sí.

Puebla, 1998.

Un grupo de priistas entre los que se hallaban César Musalem, Jaime Alcántara y Paco Adame le dio forma a una agrupación que con el tiempo se corrompería absolutamente: el Grupo Plural.

Como si fuera dueño del balón, Alcántara —que se pasa de vivo— se puso a negociar todo en nombre de sus compañeros: posiciones, prebendas, canonjías, insumos, bonos, “apoyitos”.

De la noche a la mañana, el Grupo Plural se volvió chile de todos los moles.

En corto, apoyaba a todos los candidatos o precandidatos o aspirantes a precandidatos y candidatos.

En público, guardaba una reserva sospechosa: el clásico silencio del proxeneta frente a su inminente víctima.

Candidatos fueron y vinieron, y siempre, inevitablemente, el único beneficiario fue el mismísimo Alcántara.

Hoy, quién lo dijera, el Grupo Plural —o Grupo Alcántara— está de regreso.

¿Qué quiere?

Lo de siempre:

Posiciones, prebendas, canonjías, insumos, bonos, “apoyitos”.

Y más: delegaciones federales con sede en Puebla.

El viernes pasado, apenas bajó del avión que la trajo de Panamá, Blanca Alcalá se reunió con dicho grupo —Alcántara, Musalem, Adame— en el Centro Mexicano Libanés.

Los discursos no escasearon.

Entre otras cosas le dijeron que siempre estuvieron con ella, que nunca flaquearon, que hicieron todo para que ganara, que seguirán con ella, que no flaquearán y que harán todo para que gane… cuando sea necesario.

A cambio le solicitaron que mueva sus influencias para que las delegaciones federales cambien de recipiendario.

En el fondo, Alcántara, que es vivísimo, quiere ser el único beneficiario.

(Como siempre ha sido).

Este miércoles, también en el Libanés, comerán con Jorge Estefan Chidiac, dirigente estatal del PRI, con un tema idéntico sobre la mesa.

El lema del Grupo Plural bien podría ser “que se chingue el que tenga que chingarse”.

Muy bien por ellos.

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