La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam

 

Me hubiera gustado ver en Huauchinango al ex gobernador Guillermo Jiménez Morales, al ex diputado Alberto Amador Leal, al diputado Víctor Manuel Giorgana.

No los veo en ninguna foto.

Hace años salieron de ahí con los votos en las bolsas de los huauchinanguenses.

Hoy, me queda claro, ya se olvidaron de ellos.

¿Dónde están quienes tanto se beneficiaron de esta población que hoy está en desgracia?

No veo a los hijos predilectos dando el pésame.

En su cuenta de Twitter, Giorgana agradece las felicitaciones por su cumpleaños y cita las sabias palabras de los líderes César “El Relojes” Camacho y Jorge Ramírez Marín.

Publica fotos de las sesiones en comisiones y presume que está en pleno trabajo legislativo.

Muy bien.

Muy hacendoso.

Pero no hay un solo tuit acerca de la desgracia en Huauchinango.

Nada.

Desdén absoluto.

Un solo pésame no se cuela en las fotos en las que aparece riendo.

Nada que tenga que ver con el mínimo acto de solidaridad.

¿Don Guillermo?

Bien.

Gracias.

Disfrutando su residencia en Lomas Virreyes o su casa de Cancún.

Ajeno a la desgracia de sus “paisaaanos”, como les decía en sus discursos a quien hoy no pintan en sus planes.

Ambos personajes nacieron y crecieron en la calle Santos Degollado, a unos metros del panteón municipal a donde van a parar los muertos de esta desgracia.

Una y otra vez volvieron por los votos de la gente.

Una y otra vez ofrecieron discursos conceptuosos.

Luego, al final, se retiraron para siempre.

Un sentido pésame hubiera bastado.

Un pésame en Twitter o en Facebook.

Una palmada metafórica en la espalda.

Nota Bene: Ya estaba escrita esta columna cuando detecté que en su portal de Facebook el diputado Giorgana tenía dos mensajes sobre lo sucedido en Huauchinango.

El 7 de agosto escribió: “A mis paisanos de Huauchinango, Tlaola y Xicotepec les expreso mi más sentido pesar por las pérdidas humanas y afectaciones materiales provocadas por las torrenciales lluvias. Estoy a la orden para contribuir al pronto restablecimiento de la normalidad y reparación de los daños”.

Uno de sus amigos en esa red social, “Jhony Rojas” (sic), le contestó: “Con cuanto $$ va apoyar? O solo con un estado vía fb? Créame que los afectados son los últimos que leerán este estado de fb ellos necesitan apoyo en especie y no redes sociales saludos”.

Víctor Giorgana tardó en reaccionar dos días.

Luego de pegar mensajes sobre alcoholismo y drogas depresoras, hizo público este anuncio:

“Pongo a las órdenes de las autoridades municipales de Huauchinango la casa de degollado 6, para que dispongan de ella como mejor convenga, para atender la situación de emergencia que lamentablemente se vive”.

Solidaridad a la distancia.

Peor es nada.

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