La Quinta Columna
Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam
Ocurrió en la campaña de Javier López Zavala por la gubernatura de Puebla en 2010.
A bordo del autobús del candidato iban, entre otros, Zenorina González, Ricardo Urzúa y Carlos Barragán Amador.
Este último era diputado local con licencia y candidato a la presidencia municipal de Xicotepec de Juárez, cargo que ya había tenido del 2004 a 2007.
El buen humor era notable en el autobús del candidato.
Entre bromas, éste le preguntó a Barragán si ya había terminado de construir su hotel.
–Ya mero, mi candidato. Va poco a poquito.
–Este Carlitos es bien listo: hizo su hotel con fondos del Ramo 33 –confió López Zavala entre risas.
Barragán Amador se sonrojó y se limitó a decir “cómo cree, candidato”.
Lo curioso es que nuestro personaje proviene de una familia modesta y su crecimiento económico ha sido brutal.
Dicen en Xicotepec que ahora es multimillonario y dueño de haciendas, hoteles y vidas.
Su trayectoria lo dice todo: ha sido dos veces presidente municipal, una vez diputado local y otra vez diputado federal.
No dude el hipócrita lector que en 2018 busque ser nuevamente alcalde.
Y es que con eso de la reelección podría estar al frente hasta seis años seguidos.
Hace unos días, en el contexto del reciente desastre en Huauchinango y la región, este diputado apareció hablando en una rueda de prensa con Jorge Estefan Chidiac.
Como es costumbre, se vio tan titubeante que Cantinflas se habría ruborizado.
No dijo nada en esa ocasión.
O sí: su discurso se llenó de mentiras y medias verdades.
En la ciudad de Puebla presumió de acciones que los damnificados no han visto.
Su más reciente ridículo lo hizo en la Plenaria que los diputados federales del PRI tuvieron en Ixtapan de la Sal.
Ahí, ante José Antonio Meade, titular de la SEDESO, este corrupto personaje pidió que la dependencia fuera puesta en manos de los legisladores.
La nota de Reforma no miente:
“Los diputados Ricardo García Portillo, de Tlaxcala, y Carlos Barragán, de Puebla, dijeron que los legisladores deberían hacer uso de los programas, no obstante que está prohibido por la ley.
“’¿Por qué no nos da la oportunidad de llevar una jornada de Sedesol, con todas las dependencias que tiene aquí, en nuestra casa de gestión?’, indagó García Portillo.
“’Casi todos los diputados, podríamos decir que todos, tenemos una casa de gestión en nuestros distritos. Imaginemos a Sedesol ahí, haciendo una jornada con su aprobación de manera institucional’.
“En el caso de Tlaxcala, añadió, Sedesol les dio acceso al padrón de beneficiarios de estufas y les permitió participar en la entrega de algunas de ellas, lo que prueba que son operadores eficaces en el reparto.
“(…) Barragán reprochó que ha habido una desatención de Sedesol hacia algunos diputados poblanos, a quienes no los dejan participar en la entrega de recursos; y, a pesar de que han pedido audiencias con el propio Meade, ni siquiera han sido recibidos.
“’Yo no comparto el que nos haya prohibido el que cuando se entregaron las pantallas, había una orden de aquí de México, que no podíamos estar los diputados federales en esa entrega de pantallas. Cuando yo siento que somos, como nos dijo el Presidente de la República: ‘sean nuestras voces en sus distritos’, porque pagamos a medios de comunicación para nuestro trabajo y obviamente que podemos ser buenas voces allá de ustedes’, indicó.”
Hasta aquí la larga y ridícula cita.
Barragán Amador pidió, en esencia, que Meade incurriera en actos ilegales.
No podía ser de otra manera.
Él y su compañero se expresaron como lo que son: auténticos delincuentes.
Y más: miembros de la delincuencia organizada.
¿Qué opinará Enrique Ochoa Reza, dirigente nacional del PRI, de estos vivales y de sus discursos a favor de la corrupción?
“A confesión de parte –dicen los abogados–, relevo de pruebas”.
Éstos son quienes tendrían que estar siendo investigados en el partidazo, pero esa película nunca la veremos.