La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam

Hace algún tiempo, Roberto Moya Clemente, actual jefe de la Oficina del gobernador Rafael Moreno Valle conoció en las aulas a José Antonio Meade Kuribreña.

Una vez que éste llegó a la Dirección General de Financiera Rural hizo a Moya su adjunto.

Los dos, faltaba más, son itamitas y forman parte de un influyente club de amigos.

Hace poco, en junio pasado, Roberto Moya se casó con Alejandra Maupomé.

A la boda acudieron, además del gobernador y Martha Érika Alonso, Meade Kuribreña, Fernando Aportela –subsecretario de Hacienda–, Carlos Mendoza Davis –gobernador de Baja California Sur–, Virgilio Andrade, Luis Banck, Jorge Aguilar Chedraui, Javier Lozano, Diódoro Carrasco, Alfonso Esparza, David Villanueva, Diego Corona, Gerardo Islas, Ángel Trauwitz y Mario Riestra.

En ese contexto escribí una crónica que hoy vuelvo a compartir parcialmente con el hipócrita lector:

“Roberto y Alejandra dejaron atrás las tradicionales bodas blancas y optaron por una decoración muy vintage, plena en detalles góticos y barrocos.

“Los tonos oscuros y los candiles que colgaban del techo terminaron por darle un aire perturbador y elegante.

“Los novios se veían francamente felices y divertidos.

“Cuando el grupo Matute salió a escena, Roberto y Alejandra se metieron entre los invitados a bailar y cantar.

“Compañeros de mesa, Moreno Valle, Meade y Aportela no dejaron de hablar”.

Hay que decir que Meade se fue a eso de las 4 de la mañana y que a lo largo de su estancia en la fiesta se vio sumamente animado.

Mucha gente lo abordó.

Para todos tuvo cortesías.

Hubo un momento en que llegó caminando a la inevitable mesa de los postres.

Y lo hizo solo, sin guaruras, lejos de los reflectores que suelen acompañar a un personaje importante.

A su paso la gente murmuraba: “Es Meade. Es presidenciable”.

Una vez ante los postres, eligió uno y regresó a su mesa con la misma sencillez.

Ahora que el presidente Peña Nieto lo regresó a la Secretaría de Hacienda, los bonos de nuestro personaje se fueron a la alza.

Según la puntual columna de Martha Anaya en 24 Horas, Meade fue el único que llevó invitados a su unción.

Y más: era el único que irradiaba alegría.

Todos hablan de Meade, el itamita, el presidenciable, el entrañable amigo de Roberto Moya.

Meade, sí, el autor intelectual del Museo Internacional del Barroco, ése que algunos priistas despistados querían convertir en invernadero marinista.

 

El Primer Trienio

Ricardo Morales es uno de los pocos, escasos, reporteros cultos que conozco.

En un ambiente de analfabetos funcionales, Ricardo es un erudito en temas como el Imperio romano, la mitología griega y las dos guerras mundiales.

Conoce como pocos los libros de una de las obras más delirantes que conozco: la Biblia.

Lo conocí reporteando en los años noventa.

Hoy lo sigue haciendo.

Ahora que Efekto 10 cumple sus primeros tres años de vida le mando desde aquí un abrazo cálido y generoso.

Hay mucho que celebrar.

Y mucho más que compartir.

Este abrazo, además, es doble, porque sin Pepe Hanán el tránsito informativo de Ricardo se quedaría corto.

 

El Empresario y el Político 

Hay un empresario poblano que lleva varias  apuestas en su haber: en dólares, en euros y en pesos.

¿Qué apuesta?

Dos cosas: que Moreno Valle será candidato del PAN a la Presidencia de la República y que luego será el huésped de Los Pinos.

No duda, no titubea.

Y sigue apostando en las mesas de los restaurantes poblanos,

***Javier López Zavala es el único priista que sigue recorriendo el estado.

Otros —Lastiri, Armenta— ya tiraron el arpa.

Lo curioso es que el ex candidato del PRI a la gubernatura en 2010 se reúne lo mismo con militantes de su partido, del PAN y de Morena.

¿Qué se está cocinando por ahí?

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