La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam

 

A sus 91 años de edad, don Enrique Montero Ponce quiere jubilarse como periodista en los brazos del poder al que ha sido adicto toda su vida.

Ya no quiere homenajes ni celebraciones en algún salón del Presidente Intercontinental.

No sueña con discursos elogiosos del nuevo demócrata Manuel Bartlett Díaz en los que éste lo ponga a la altura de Carmen Aristegui.

No se conforma con dar el mensaje oficial el Día de la Libertad de Prensa.

Lo suyo, lo que ha venido confesando a sus cercanos en los últimos días, es el deseo de convertirse en el director de Comunicación Social del gobierno que encabezará José Antonio Gali Fayad a partir del 1 de febrero de 2017.

Eso quiere don Enrique.

Y lo dice en serio.

Sin salidas falsas.

“Creo que le puedo ayudar mucho al gobernador”, admite sin pudor.

Luego de batir todos los récords Guiness de permanencia en la radio, luego de haber sido amigo de los últimos cuatro gobernadores, luego de dejar las comilonas larguísimas y los clubes de baile, Montero Ponce busca ahora otro tipo de fiesta: la del poder político.

Nadie sabe si el viejo periodista ya buscó a Tony Gali para plantearle su propuesta.

Y si lo hizo, nadie sabe qué respuestas hubo.

Lo que sus íntimos sí saben es que don Enrique está entusiasmado con la idea que no lo deja dormir.

Quizás sueña con anunciar a finales de octubre —cuando celebre públicamente los 47 años de Tribuna y los casi veinte mil programas ininterrumpidos— un nuevo giro en su vida: una despedida a todo lo alto del periodismo y un eventual arribo a las mieles del poder.

Eso, cuando menos, teje todos los días.

Y no se cansa de contárselo a sus íntimos, entre ellos algunos periodistas antimorenovallistas que ven el sueño como deseada realidad.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *