La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam

 

Las redes sociales están llenas de ruido. Hacen ruido por todo. Todo les irrita. Todo les hace mal. Las redes sociales están llenas de odiadores profesionales que quieren una víctima diaria. Ayer fue #LordAudi. Hoy fue #LadyLincoln. Mañana será #LordViejito.

Las redes sociales se alimentan de la basura. Disfrutan exhibiendo al otro. Son como el viejo inspector de policía que primero golpea y mete a la cárcel al sospechoso, y después investiga. “Averígüelo, Vargas”.

Las redes sociales tienen pésima ortografía. El insulto es lo único que importa. Las malas palabras de Cervantes y de Quevedo son poca cosa frente a la vulgaridad que arrasa todo. Las mujeres violadas en una juerga pasan a ser doblemente víctimas. Los victimarios se vuelven héroes de culto.

Las redes sociales no están de acuerdo con la libertad de expresión. La desprecian. El escritor Nicolás Alvarado fue exterminado por haber criticado las lentejuelas de Juan Gabriel. En nombre de la libertad de expresión acabaron con su libertad de expresión y lo echaron del trabajo. A otros escritores y periodistas los han amenazado de muerte desde cuentas bravuconas que hablan a nombre del “Jefe” o el “Patrón”.

Nos dicen en las redes sociales que el periodismo de hoy se hace en las redes sociales. Los lectores han cambiado de giro. Las redes sociales acabarán con los medios tradicionales, juran en las redes sociales.

En esas circunstancias, los periódicos de papel viven en un clima de hostilidad. “Los periódicos sirven para matar moscas y limpiar vidrios”, dijo hace poco una funcionaria federal que tiene razones para odiar a los impresos: un amor suyo que era dueño de un periódico fue la causa de sus males.

En ese clima de hostilidad nació hace un año 24 Horas Puebla. Frente a la dictadura de la mediocridad en la que se han convertido las redes sociales, buscamos hacer un periódico que diga algo sensato con buena ortografía. Frente a los odiadores profesionales que quieren una víctima diaria, anteponemos palabras e imágenes que aspiran sólo a ser vistas y leídas. ¿Pretendemos mucho? Sólo lo justo. En contextos como éste, frente a personajes igualmente siniestros, nacieron muchos periódicos en el mundo.

Una posdata esperanzadora: las redes sociales terminarán devorando a las redes sociales. Y cuando sólo queden escombros, habrá un lector con un periódico en una mano y un café caliente en la otra.

(Estas líneas fueron leídas la noche del martes 27 de septiembre durante la celebración del primer aniversario de 24 Horas Puebla).

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