La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam

 

Los apostadores de los lavaderos políticos han empezado a hacer sus quinielas hacia el 2018.

Las más apasionantes son las de aquéllos que no dan una desde 2010.

Los nombres que manejan son tan delirantes como sus derrotas.

Entre los apostadores serios sobresalen algunos nombres que no encajan en el imaginario colectivo y otros que estarán, sin duda, entre los finalistas a la puja por Casa Puebla.

Juran que el diputado Rodrigo Abdala,  sobrino de Manuel Bartlett, ya fue bendecido por López Obrador a instancias del autor del fraude electoral más fantástico de México: el de 1988.

Otros dicen que José Juan Espinosa ya fue llamado por AMLO.

Y más: que ya le habló al oído.

(A lo mejor  sí le habló al oído pero para decirle: “tú no vas a ser por más que te muevas. Mejor te invito a mi rancho La Chingada”).

Unos más aseguran que el bueno será Enrique Doger Guerrero, delegado del IMSS en Puebla, quien cada vez que se avecina un proceso electoral suena inevitablemente como precandidato.

(Doger tiene algo que otros no: una tenacidad a prueba de balas).

Finalmente, pero no al último, está el priista Javier López Zavala, quien, de buena fuente, se ha reunido con López Obrador más de dos veces.

¿Qué pasaría si el ex candidato a Casa Puebla en 2010 decide irse por Morena en 2018 y buscar ––en consecuencia–– el hábitat que perdió ante Rafael Moreno Valle?

De algo es dueño López Zavala: de una estructura que le sigue siendo leal por más que pasen los años.

Un día sí y otro también recorre los pueblos de la entidad poblana sin desesperarse.

Y en ese tránsito es padrino de bautizos, graduaciones, primeras comuniones y hasta bodas.

Va, llega, se sienta, come molito ––o nopales en caldo negro––, se toma un pulque, conversa y se despide dejando regalos, promesas y abrazos.

Algunos dirán que así no se ganan las elecciones pero el estilo Melquiades Morales ha demostrado tener una eficacia superior a la del estilo Bartlett.

López Obrador está de cacería en Puebla.

Varios priistas de buen nivel están en su mira.

Sabe que Puebla es clave para ganar la Presidencia.

Las pláticas y los acercamientos no escasean.

Un nuevo cisma está por pegarle al partidazo próximamente.

 

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