La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam

 

Detrás de todos y cada uno de los movimientos de protesta en contra del gobernador Moreno Valle hay un nombre: Marco Antonio Mazatle Rojas, dirigente del Movimiento por la Alternativa Social (MÁS).

Pero todo títere requiere de un titiritero.

El dueño de Mazatle es —quién lo diría— un alto funcionario del gobierno del presidente Peña Nieto: Juan Carlos Lastiri, subsecretario de la SEDATU y aspirante a la gubernatura en 2018.

(El mismo que orilló a Blanca Alcalá Ruiz a la aventura de la candidatura del PRI en 2016 y luego de que la unción había sido consumada la dejó absolutamente sola).

Mazatle, por órdenes de Lastiri, ahora encabeza las protestas en contra de la armadora alemana Audi, cuya planta poblana fue inaugurada hace unos días.

Mazatle (o sea Lastiri) se queja de que Audi no beneficia en nada a la entidad pese a las millonarias inversiones.

Por si fuera poco, Mazatle declaró en un periódico de Lastiri que tiene como costumbre el plagio de notas y otras lindezas, “que Audi iba a generar mucho trabajo para Puebla y para los poblanos, ‘y vemos que no, que la realidad es otra, porque los beneficiarios poblanos son muy pocos, porque la mayoría son extranjeros y de otros Estados’, pero además es grave que no se cumplan las expectativas”.

Pese al arranque brutal de la armadora y las buenas expectativas que se están generando en Ciudad Modelo, Mazatle (Lastiri) jura que “lo peor está por venir”: “Las repercusiones se verán en el corto plazo, porque no solamente es Audi, sino lo que hizo en los alrededores de San José Chiapa, ‘y las repercusiones serán en el corto plazo’.”

(La cita de la nota —tomada del libelo de Lastiri— es textual. Así de bonito redactan en la filial poblana de la SEDATU).

Las dudas —las malditas— matan:

¿Qué pretende Lastiri con este juego perverso?

¿Cree que así ganará la nominación en 2018?

¿Piensa que así subirá en las encuestas?

Y más:

¿Saben en Los Pinos que Lastiri desvía los recursos de la dependencia federal en la que trabaja para buscar vulnerar a Audi y al gobierno del estado?

Cosa curiosa:

Cada vez que Lastiri opera algo en contra de Audi y Moreno Valle se lo adjudica a Miguel Ángel Osorio Chong.

“Son instrucciones del jefe”, asegura.

Ahora Lastiri también pretende meterse a operar en la BUAP sin permiso de nadie.

Y es que simplemente no crece en las encuestas.

Eso sí: es un subsecretario de la SEDATU que se la pasa en Puebla.

Todos los fines de semana se le ve en reuniones —inútiles— para obtener apoyos.

Y a veces entre semana anda por Quinta Real o el Camino Real La Vista operando en contra de Audi y del gobernador.

Mazatle es su peón.

Y hay pruebas de su complot mongol.

Por cierto:

La delegación poblana del IMSS también parece estar interesada en esa guerra en contra de la armadora.

Y es que ahí adentro piensan que lo que le pegue a Audi le pega a Moreno Valle.

En esa misma lógica se encuentra Vanessa Barahona, delegada de la Secretaría del Trabajo, quien todos los días conspira por órdenes del subsecretario de la SEDATU.

 

El Fin de una Era

En unos días más, Enrique Montero Ponce se retirará de los micrófonos.

La cena en la que celebrará sus 47 años de Tribuna servirán para anunciar su retiro.

(Ya hay dueños de medios organizando un homenaje para quien llaman el “decano de la prensa poblana”).

Su retiro, sin embargo, rompe con una vieja promesa:

“Moriré ante un micrófono”.

Y es que el sueño de casi medio siglo lo abandonará por un sueño burocrático que ronda por su cabeza desde hace varios años:

Quiere terminar sus días en el gobierno del estado.

Quiso —no pudo— convertirse en el titular de Comunicación Social.

(Igual que su admirado Francisco Galindo Ochoa).

Ahora se conformará con ser director de Puebla Comunicación.

(Quizás ahí retome los micrófonos).

En los cafés políticos poblanos se habla de que el gobierno de José Antonio Gali Fayad tendrá tres brazos en el tema de Comunicación Social:

Marcelo García Almaguer, Ricardo Gutiérrez y Montero Ponce.

“Todo por un sueño”, podría llamarse la nueva historia del viejo periodista.

¿Eso sí se vale?

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