Desde el miércoles se encuentra en la capital el ex city manager de la delegación Miguel Hidalgo y cada hora de su estancia ha valido; el poder de convocatoria, ya sea en un auditorio o en las calles, ha movilizado a los poblanos para apoderarse de las calles con ley en mano

Por Guadalupe Juárez 

Arne aus den Ruthen es un hombre con convocatoria, temerario, aguerrido y paciente, muy paciente.

Son las 9 de la mañana de un jueves, es su segundo día en Puebla y hoy pretende darle fuerza al movimiento que fundó en la Ciudad de México: Poder Antigandalla.

Las redes sociales del grupo local nunca mencionan la hora, lugar ni fecha del encuentro de quien se considera así mismo city manager del mundo. Apenas se juntan 15 personas vistiendo la playera grabada con el logo que los identifica –un brazo con el puño cerrado contenido en un escudo que da muestra del empoderamiento que toma el ciudadano–. Pero Arne es paciente, muy paciente.

Sonríe, se toma fotos, saluda, conversa. Todo ello mientras sujeta hacia su pecho una cámara portátil. Abre y cierra la camioneta en la que viaja, echa un vistazo a las calcomanías que lleva, símbolo que deja cuando encuentra automovilistas mal estacionados, práctica que sus pupilos en Puebla todavía no ponen en marcha.

La sonrisa se convierte en unos minutos en una mueca, los organizadores de la capital poblana quieren iniciar la brigada de inmediato.

“¿No quieres esperar un poquito más?”, la pregunta sutil es un guiño a esperar a que más personas se les unan. Un poco contrariado, Javier –el coordinador de la brigada – asiente.

“Tenemos que dejar que los ciudadanos dejen de pensar que pueden hacer un cambio sólo con un clic en redes sociales, deben venir y hacerlo ellos”, dice el ex city manager de la delegación Miguel Hidalgo de la Ciudad de México –donde inició la práctica que marcaría el comienzo de una nueva ciudadanía– en entrevista con 24 Horas Puebla, antes de que más medios de comunicación lo asedien.

Una transmisión a través de Periscope fue suficiente. No pasaron ni 10 minutos para que más ciudadanos que admiran al ex funcionario capitalino respondieran al llamado. Pronto comenzaron a enfundarse en playeras de Poder Antigandalla Puebla. Ahora rebasaban las 50 personas en el estacionamiento de Plaza Dorada.

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La llegada de Arne a Puebla

“Ya viene, ya viene, sí es él”, expresan quienes se han dado cita en la Universidad Iberoamericana, campus Puebla. Es miércoles, 7 de la noche. El cielo amenaza con desprenderse en cualquier momento.

Arne llega al edificio de la universidad jesuita pero evita pasar para colocarse antes la playera con el logo del grupo poblano. Y, entonces, vienen las selfies, las felicitaciones, las frases de “yo quiero ser como tú”, “te admiro”, “¿dónde puedo contactarte”.

La charla gira sólo bajo una premisa: el cambio es posible sólo desde la sociedad, no del gobierno.

Ahí, rodeado de estudiantes universitarios y miembros del movimiento en la entidad comparte sus experiencias, desde cómo han intentado intimidarlo y las denuncias que carga por levantar bienes mostrencos al desempeñarse como funcionario público.

Aprovecha para dar un consejo: Periscope es la herramienta más transparente.

“He tenido problemas de difundir datos personales por el simple hecho de usar Periscope, pero ninguna procede porque no hay argumentos legales, todas las denuncias por robo u alguna otra han sido desechadas, porque los que infringen la ley son ellos, los gandallas que ocupan la vía pública”, declara y agrega que es el conocimiento de la ley, lo que permitirá una brigada exitosa.

Capacitación

Otra vez se dibuja en el rostro de Arne una pequeña línea casi imperceptible de inconformidad y que se confunde con una sonrisa. Los jóvenes anfitriones han olvidado imprimir los artículos del Coremun a pesar de que hay miembros nuevos  e invitados que desconocen el reglamento aplicado en la ciudad de Puebla.

La brigada espera a la impresión de la guía, más tarde la repartirán mientras se organizan y planean el itinerario.

Con una cadena y un par de pinzas, Arne les muestra cómo retirar objetos enterrados sobre el asfalto.

La 41 Oriente entre el bulevar 5 de Mayo y la 8 Sur es testigo del primer movimiento.

Clic. El primer grupo de jóvenes ya llevan banderolas y conos anaranjados en sus manos.

Clic. Vecinos y comerciantes de la zona se muestran desconcertados.

Clic. Surge el primer Lord.

Clic. Ya hay una camioneta llena de cachivaches.

Clic. Ahora son dos.

Clic. Deben pagar una mudanza de mil 500 pesos. Cooperan

Clic. Ahora hay un Lord que reclama un camarón.

Clic. Periscope se activa una y otra vez. Exhibe las rejas con púas. El camarón de plástico de metro y medio. Las banderolas. Los conos. Los reclamos. Las felicitaciones.

Clic. Clic. Clic. Clic. Nace otro tipo de ciudadanos.

Contra todo tipo de gandallas

La brigada de Arne no sólo quiere comerciantes y colonos abusivos. Dice “hay que ir contra todos”, la Fiscalía General del Estado (FGE), el objetivo.

Unas calles antes toma el mando por completo. “Hay que estacionar las camionetas calles adelante, porque pueden mandar agentes y seguirnos o retenernos”. Gira más instrucciones: no detenerse, él tomará la palabra.

“Hay que volver a reunirnos”, señala Javier mientras señala una esquina de la FGE.

“No, ya nos coordinamos. ¡A darle!, revira Arne.

Una ola de manos y brazos retiran las vallas que invadían el carril derecho del bulevar 5 de Mayo. Personal de la FGE de inmediato sale de las instalaciones, pide explicaciones, quieren que se identifiquen. El fundador de Poder Antigandalla graba, pero recibe una respuesta positiva de los empleados, los dejan llevarse los objetos sin mayor resistencia. Él lo agradece, pero les deja un mensaje “deben cumplir la ley, no van a poder con lo más, si no pueden con lo menos”.

Sus palabras se repiten al entregar los bienes frente al Palacio Municipal. Se encuentra con felicitaciones y aplausos. La jornada ha terminado. Poder Antigandalla amenaza con tomar más fuerza.

Arne aus den Ruthen es un hombre con convocatoria, temerario, aguerrido y paciente, muy paciente. Este jueves con su visita, hizo cimbrar las calles de la ciudad de Puebla.

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