La etapa más sombría en la historia de la Universidad de las Américas Puebla se vivió bajo el mandato de Enrique Cárdenas, ya que en su periodo hubo pérdidas y fraudes millonarios

Staff 24 horas Puebla  

La Universidad de las Américas Puebla (Udlap) vivió a inicios de los 2000 una de sus etapas más oscuras de su historia.

De 2002 a 2006 el 42% del alumnado requería de un apoyo económico para estudiar, la solicitud de becas se había incrementado en un 90% y los rumores de inestabilidad financiera dentro de la institución no cesaban.

Para hacer frente, la Rectoría encabezada por una ex funcionaria del Banco Interamericano de Desarrollo, Nora Lustig, optó por hacer un recorte de personal e incluso por dejar de financiar el equipo de futbol americano, Los Aztecas, e implementar un esquema de “estudio y luego pago” para los alumnos que así lo requirieran.

¿Pero qué lleva a una de las universidades privadas más grandes e importantes del continente americano a recurrir a esas acciones?

La respuesta se remonta a la gestión de su antecesor, Enrique Cárdenas Sánchez.

Es un 16 de diciembre de 2001. Los reporteros de la sección educativa de La Jornada de Oriente  y  El Sol de Puebla consignan las palabras de la rectora, quien confirma un daño patrimonial por  nueve millones y medio de pesos en el Departamento de Innovación Tecnológica.

 El Sol de Puebla y La Jornada de Oriente documentaron las irregularidades que detectó la auditoría sobre el desempeño de Enrique Cárdenas. / ESPECIAL
El Sol de Puebla y La Jornada de Oriente documentaron las irregularidades que detectó la auditoría sobre el desempeño de Enrique Cárdenas. / ESPECIAL

La lista sigue: 10 funcionarios despedidos y dos denuncias penales, como resultado de una auditoría realizada de 1995 a 2001.

Dentro de las irregularidadesdetectadas se enlistan la negligencia en la instalación del sistema antiincendios en la biblioteca, la renta de ambulancias propias de la Udlap e incluso la venta de becas en el Departamento de Deporte.

Los pasos se encaminaban a Enrique Cárdenas, pero Lustig fue muy cuidadosa de sus palabras. “Cuando el ex rector esté de regreso, pregúntele”, fue la escueta respuesta. Sin embargo, el dardo envenenado había sido lanzado.

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Las irregularidades 

Enrique Cárdenas Sánchez llegó a la universidad en 1985. Un año después fue ratificado como rector.

A su gestión se le atribuye la creación de la Escuela de Ciencias, con la apertura de las licenciaturas en Matemáticas y en Física, así como en los últimos años de estar al frente del proyecto de digitalización de la biblioteca y en convertir a la universidad en la primera de México en contar con conexión de datos.

Pero es también en esos años al frente de la universidad donde directivos y personal de la institución malversaron fondos y utilizaron para fines personales los recursos de la Udlap.

Alejandro Romero Carreto, en ese entonces abogado encargado de la revisión de las irregularidades, reveló que el ex director del área de Innovación Tecnológica, Vicente Aragón, ocultó ser el fundador y presidente de una empresa proveedora de tecnología de información que había contratado la universidad para brindar servicios  y que había alterado el acta constitutiva para nombrar como titular de la firma a una persona que no existía.

El directivo también utilizó la infraestructura tecnológica y personal de la institución para brindar conexión a internet a personas que no pertenecían a la universidad. Según la auditoría, esto habría significado una pérdida de ingresos de 9.5 millones de pesos.

Otro de los empleados, de nombre Alexander Rubli Kaiser, jefe de Ingeniería y Servicio, habría utilizado refacciones y tiempo laboral en reparar equipos de terceros, por ello cobraba y facturaba con una empresa que estaba registrada a nombre de su esposa.

Tras el trabajo del  área de Auditoría descubrieron un faltante de 400 mil pesos, motivo por el que despidieron al director y al jefe del departamento.

Una de las obras de la gestión de Cárdenas Sánchez puso en peligro a los alumnos y el acervo con el que contaban en caso de un siniestro, ya que de 1996 a 2001 operó un sistema antiincendios que nunca funcionó. Por ello tuvieron que invertir 700 mil pesos para corregir las deficiencias en las instalaciones.

Fuera de la auditoría también consignaron que la novia de un entrenador de futbol tenía una beca vendida por él mismo, por lo cual pagaba sólo una tercera parte de su colegiatura, por lo cual fue descubierta. La pérdida para la universidad en este sentido fue de 80 mil y 100 mil pesos.

El blog de la Udlap concentraba más denuncias en el mismo sentido de venta de becas que ya no fueron comprobadas, pero que generó una de las crisis más profundas para la universidad.

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