La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam

 

El diputado federal Alejandro Armenta Mier está a punto de condenarse como lo establece muy sabiamente la Biblia en Apocalipsis 21:8:

“Pero los cobardes, incrédulos, abominables, asesinos, inmorales, hechiceros, idólatras y todos los mentirosos tendrán su herencia en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda”.

Y es que su ruta crítica para convertirse en candidato de MORENA a la gubernatura en 2018 terminará por contradecir lo que el 22 de mayo de 2015 firmó ante el notario 2 de Tepeaca.

En efecto: en su afán de darles garantías a los electores de su distrito de que no se convertiría en un “diputado chapulín” —según sus doctas palabras—, no tuvo empacho en firmar ante el notario 22 compromisos, uno de los cuales, establece que por ningún motivo dejará su curul en San Lázaro para buscar otra posición.

“Yo no niego mi origen, ni tampoco le tengo miedo a firmar ante la sociedad lo que gestionaremos para ellos, porque lo haré y se los cumplo, y a ver quien más le firma”, dijo invadido por una emoción casi divina.

Luego, con la mirada puesta en la nube más alta del Distrito 7, agregó con voz de Mártir del Calvario:

“Porque se los voy a cumplir, lo firmo. Yo no vengo a ofrecer falsas promesas”.

Todo indica que Armenta violará flagrantemente su promesa de no ser el clásico “diputado chapulín”, pues ya organiza un ejército de Pipitilla con los personajes más aldeanos de los que se tenga memoria.

A saber:

Perredistas que cobraban en la Secretaría de Gobernación en tiempos de Manuel Bartlett, panistas que sólo fueron regidores o diputados por la vía plurinominal, parias del PRI que nunca han ganado una elección y activistas adictos a la nómina marinista.

Con esos bueyes quiere arar.

Pero lo peor no es eso.

Lo peor es que está dispuesto a violar uno de sus 22 compromisos y convertirse, en consecuencia, en un mentiroso que tendrá su herencia “en el lago que arde con fuego y azufre”.

Ufff.

Qué destino el suyo tan apocalíptico.

 

El Poder y sus Significados en la Puebla Levítica

El Informe del alcalde Luis Banck mostró en directo las metamorfosis más recientes al interior del poder local.

Vea el hipócrita lector:

El gobernador Tony Gali mostró que ya está sentado en la silla principal de Casa Puebla.

Algo en él ha cambiado desde que el 1 de febrero rindió protesta como gobernador.

“Lo que parece, es”, dice el clásico.

Y Tony Gali ya camina y se mueve y se sienta y observa como gobernador.

El aura del poder ya descansa a escasos milímetros de su cabeza.

Y con esa seguridad va de aquí para allá.

En esa feria de cambios, el alcalde Luis Banck mostró una imagen que no le habíamos visto.

Metido en un traje de bajo perfil desde que asumió la Presidencia Municipal de Puebla, este 15 de febrero dejó salir el Banck que muchos conocemos en corto y que se había reservado en público: un alcalde suelto y abierto, y dueño de una narrativa interesante y novedosa.

Su informe —todo mundo lo dijo— fue diferente a los informes cuadrados que abundan entre la clase política.

Su dicción, su manera de decir las cosas, su forma de pararse ante el micrófono, revelaron a un político maduro y en pleno crecimiento.

No todos los días uno es testigo de esas transformaciones.

Lo que vimos este 15 de febrero tendrá repercusiones en el futuro inmediato.

El poder y sus significados han tomado nuevos derroteros en el estado.

 

El regreso del Sommelier Parisino

Crescencio González Prada es uno de los mejores sommelier —o sumilleres— de México.

De origen parisino, Crescencio vive en México desde hace algunos años y se ha consolidado —a través de los premios que ha ganado— como uno de los más profesionales y capaces.

Tras un paso decisivo por el restaurante El Desafuero, Crescencio está por integrarse al restaurante Azur.

Su consejo sobre los vinos siempre es sabio.

Será menester consultarlo.

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