La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam

 

Uno de los peores presidentes del CEN del PAN en los últimos años, Germán Martínez Cázares, salió a querer dar clases de triunfo electoral y estratégico en su habitual colaboración en el diario Reforma.

Él, es claro, ya olvidó que en su triste paso por su partido perdió cinco de las seis gubernaturas en disputa y un número notable de ayuntamientos tradicionalmente panistas que pasaron a manos de otros partidos.

Su desmemoria es grande, pero no la de los militantes.

Y es que cada vez que se habla de los peores dirigentes panistas se le pone en primer lugar, sólo seguido de su sucesor: César Nava.

Amigo personal del impresentable Felipe Calderón, Martínez Cázares quiso esconder la matraca y el confeti que lleva siempre para apoyar a Margarita Zavala de Calderón, y estructuró una bonita pieza histórica teniendo como personajes principales a el Cura Hidalgo y a Ricardo Anaya.

La clase de historia tiene como telón de fondo el Estado de México.

Vea el hipócrita lector la sesuda reflexión:

“El camino a Los Pinos pasa por Toluca. Hace seis años Peña Nieto hizo de esa ruta un paseo triunfal. Salió a caminar por el Paseo Tollocan y sin despeinarse llegó al Paseo de la Reforma, para entrar sin contratiempos a Palacio Nacional. Quien quiera ganar la silla presidencial, antes tendrá que triunfar en el Estado de México. ¿El PAN quiere ganar? La pregunta ni es ingenua, ni es ociosa”.

Más adelante viene la referencia a Hidalgo:

“En ese camino de Toluca a la capital del país, en el territorio del municipio de Ocoyoacan, limítrofe a la Ciudad de México, ocurrió uno de los enigmas más grandes de la historia de México. El ejército insurgente comandado por el cura Miguel Hidalgo venció en la famosa batalla del Monte de las Cruces a los soldados del virrey de la Nueva España; pero Hidalgo no quiso liquidar la faena. No entró a ‘tomar’ la metrópoli. Por razones desconocidas no culminó la tarea para la que convocó a miles de criollos e indígenas. Reculó. (…) ¿Tiene claro el PAN que al año siguiente de aquel titubeo en el Bosque de La Marquesa, los adversarios de Hidalgo lo fusilaron sin miramientos? ¿Quiere el PAN terminar colgado en el 2018?”.

El artículo es un llamado desesperado de un calderonista-zavalista para que la dirigencia de su partido imponga el sentido común —cosa que él nunca hizo cuando estuvo al frente— y se lance a fondo en temas en lo que el ex presidente Calderón fue un maestro consumado durante su mandato: corrupción y simulación.

Sin autoridad moral es difícil dar clases de ética y estrategia electoral.

Erró el disparo.

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