La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam

 

Ya se veía venir.

El fracaso, por ejemplo, de la Cruzada contra el Hambre, instrumentada por Rosario Robles —pero sobre todo por Juan Carlos Lastiri— desde la Secretaría de Desarrollo Social, encendió los botones rojos.

Y es que por enésima vez, los pobres —los miserables, los que no tienen qué comer— eran utilizados con marcada vileza —con marcada degradación— por los priistas profesionales que sólo tienen un fin: lucrar en lo económico y en lo político con los recursos públicos.

Desde el gobierno federal empezaron a darle seguimiento a las constantes visitas oficiales de Lastiri al estado de Puebla.

Inevitablemente, los fines de semana había actos relacionados con esa Cruzada.

Y las dudas surgieron:

O Puebla rebasa ampliamente al país entero en el tema del hambre o el licenciado Lastiri está usando ese programa para sus fines electorales propios.

Cuando la tropa loca de Rosario Robles partió a la SEDATU vieron reproducirse desde la Federación el mismo fenómeno.

Y es que Lastiri armaba toda una parafernalia los fines de semana en los distintos puntos de Puebla y distraía recursos federales a la menor oportunidad.

(Por cierto: la Cruzada no les quitó el hambre a los pobres, pero sí a los periodistas adictos a Lastiri. Incluso en esa época nacieron varios periódicos y portales que tienen algo en común: el robo a mansalva de notas periodísticas. El plagio, pues).

Con todos esos agravantes, no resultó extraño que desde el gobierno federal se tomará una decisión crucial: rebajar en un 80 por ciento el presupuesto de la SEDATU.

De un solo golpe, la poderosa Secretaría pasó a convertirse en la pluma de un gallo desplumado.

Sólo el programa de Vivienda —gracias a la intervención del presidente Peña Nieto— continúa vigente.

Los otros programas se encuentran prácticamente congelados.

La crisis es de tal magnitud que los periódicos adictos al plagio y al recurso público han empezado a sufrir las consecuencias.

Y ya son varias las ocasiones en que los funcionarios y trabajadores cobran sus quincenas atrasadas.

Rosario Robles se inconformó y se encontró con una pared de hielo.

Nadie la escucha ya en el gobierno federal.

Es, por decir lo menos, una paria con status.

Y no falta quien recuerde sus pleitos con la cabeza de Coneval a propósito de los pobres de México.

La señora Robles cree más en el criterio del INEGI para medirlos porque hace que su nulo trabajo luzca un poco.

Coneval, en cambio, establece criterios más rígidos porque en su interior alguien disfruta exhibiendo las miserias del Sistema.

Entre más pobres, más destaca Coneval.

Por eso los busca hasta debajo de las piedras.

Fue en esa batalla donde también se entrampó la titular de la SEDATU.

Por eso es que en los últimos días circula un rumor en los pasillos y lavaderos del poder:

Rosario Robles le dejará el puesto a Beatriz Paredes, quien ya regresó de su exilio brasileño dispuesta a comerse el mundo.

Este cambio impactaría también en la lista de aspirantes priistas a Casa Puebla, lista en la que —al decir del columnista Arturo Luna— sólo aparecen Lastiri y Enrique Doger.

Defenestrado, sin presupuesto público que regalar, el todavía subsecretario difícilmente podría mantener el ritmo de su precampaña.

Y eso, faltaba más, cambiaría la correlación de fuerzas políticas en Puebla.

El legendario Jimmy Pistolas —también llamado Jaime Alcántara Silva— ya empezó a correr la voz de que regresará a la nómina oficial, pues —jura— Beatriz Paredes es algo más que su amiga: es su mismísima hermana.

Y mientras en la SEDATU todos corren de un lado a otro, doña Beatriz ya se mandó a hacer varios huipiles con Carolina Herrera para darle ese toque de Huarachito Venceremos a la hoy olvidada Secretaría.

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