Un elemento que provoca que en el corredor huachicolero se sumen a la ilegalidad es que las ganancias por la ordeña son hasta tres veces mayores que las de un empleo formal
Por: Osvaldo Valencia / @Osva_Valencia
En municipios donde el robo de combustible se ha intensificado, la generación de empleos por parte de empresas certificadas es precaria, ya que la mayoría de ellas sólo ofertan un máximo de 10 plazas por negocio y los salarios son menores a los ofrecidos por los chupaductos.
De acuerdo con cifras del Sistema de Información Empresarial Mexicano (SIEM), en demarcaciones como San Matías Tlalancaleca se cuenta con sólo una empresa dedicada a la venta de gasolina, trabajo por el cual se llega a pagar un máximo de tres mil pesos mensuales, según datos de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami), apenas una cuarta parte de lo que pagan los huachicoleros por laborar como vigilantes (halcones) durante la extracción del hidrocarburo.

En San Salvador El Verde, otro municipio que pertenece al corredor huachicolero, el sistema registra cinco empresas de las cuales cuatro de ellas se enfocan al comercio al por menor de gasolina, muebles y material de pintura, ocupaciones que ofrecen un salario mínimo de entre dos mil 944 y dos mil 399 pesos al mes, con una capacidad de empleo para un máximo de 10 personas.
Palmar de Bravo, que lideró la incidencia de robo de combustible en los primeros meses del año, registró tres empresas de diferentes giros económicos en donde destaca una: Cycna de Oriente, propiedad del consorcio de Cementos Cruz Azul, y que en el pasado fue señalada por la presunta evasión de impuestos municipales y el despojo de tierras a ejidatarios de la región.
Ésta tiene un rango de empleados mayor a 250 personas que se dedican a la fabricación de cemento y productos derivados de éste. En una empresa de este tipo, un conductor de tractocamión puede percibir un mínimo de tres mil 395 pesos, mientras que un transportista de vehículos con hidrocarburo ilícito gana de 15 mil a 20 mil pesos, en un solo viaje.
Para la región de Quecholac no cambia el panorama, ya que el SIEM tiene información de 13 empresas, cuyo giro económico varía desde la prestación de servicios de salud, venta de alimentos, productos farmacéuticos y agroquímicos –al por mayor–, arrendamiento de maquinaria y equipo comercial, confección y maquila textil; actividades por las que la paga asciende entre los dos mil 800 y tres mil 366 pesos al finalizar el mes.
En 11 de éstas sólo se genera un máximo de 10 empleos. Las otras compañías, dedicadas a la construcción y a la confección textil, ofertan entre 50 y 250 vacantes, respectivamente. Aunque los salarios que otorgan no mejoran, ya que en la industria de la construcción dan salarios mínimos de tres mil 70 pesos, mientras que en la textil apenas alcanzan los dos mil 939 pesos.
En Acajete, lugar donde se han reportado explosiones por tomas clandestinas durante los últimos días, hay 37 empresas certificadas, de las cuales sólo dos de ellas crean alrededor de 50 puestos. Estos negocios se dedican al comercio menudista y al sector hotelero, ocupaciones cuyos sueldos la Conasami tiene cotizados en dos mil 900 y dos mil 800 pesos al mes, cada una, mientras que los intermediarios de los ladrones de gasolina ganan alrededor de cinco mil pesos semanales.

Pese a que Acatzingo y San Martín Texmelucan se muestran como municipios con gran presencia de empresas, con 256 y mil 281, respectivamente, la actividad huachicolera no ha disminuido, pues la primera demarcación ha sido protagonista de incendios a raíz de las tomas clandestinas.
En febrero de este año San Martín Texmelucan fue la zona con el mayor número de perforaciones a los ductos de Petróleos Mexicanos, con 229 tomas clandestinas, pese a ser un sitio con gran cantidad de negocios de diverso giro empresarial.

