Entre los municipios de San Matías Tlalancaleca, San Martín Texmelucan, San Salvador el Verde y Huejotzingo cobran 500 pesos a los pobladores por recolectar el combustible derramado 

Por Guadalupe Juárez 

Al otro lado del epicentro donde se efectúa el robo de combustible conformado por seis municipios, entre ellos Palmar de Bravo, Acatzingo, Quecholac, Tepeaca, Acajete y Tecamachalco existe un corredor donde la extracción del hidrocarburo también ha dejado violencia, hurto de vehículos, cooptación de la comunidad para obtener protección y la colusión de policías, Ejército y autoridades locales.

Se trata de la zona que se encuentra entre los municipios de San Matías Tlalancaleca, San Salvador El Verde, San Martín Texmelucan y Huejotzingo, donde los grupos locales se pelean la plaza con gente de Tlaxcala.

Aunque el gobierno estatal todavía no confirma cuántos grupos delictivos operan de este lado de la autopista México-Veracruz y si pertenecen a algún cártel del narcotráfico involucrado, en las comunidades suenan dos nombres: La Negra Arely Pérez Juan y su hermano El Salinas, así como una familia de apellido Cuautle, quienes estuvieron involucrados en 2012 en la muerte de dos empleados de Petróleos Mexicanos (Pemex).

La prensa de nota roja desde ese año ha consignado casos de personas calcinadas en medio de carreteras o campos de cultivo junto a fosas, enfrentamientos, amenazas en contra de quien se atreve a enfrentarlos, así como la constante perforación de ductos que abonan a las pérdidas millonarias de la petrolera.

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La Negra 

Arely es una mujer de aproximadamente 30 años, de piel morena y cabello negro. La describen como “brava” y “despiadada”, pero también como una “mujer muy bella” que ha logrado reclutar a menores de edad como halcones y a pobladores como huachicoleros.

También, ha logrado integrar a sus filas a policías municipales, elementos de la fuerza especial de Pemex y al propio Ejército, según habitantes de San Francisco Tláloc, San Matías Tlalancaleca, quienes se unieron para intentar sacar del lugar a esta banda.

De acuerdo con información difundida en El blog del narco, La negra y su hermano El salinas administran las perforaciones del ducto ubicado en San Matías Tlalancaleca, de 9:00 a 2:00 horas del otro día, lapso en el que dan luz verde a las camionetas para que salgan cargadas con bidones cargados de combustible.

Entre las formas de trabajo de Arely también se encuentra la organización de los chupaductos para que extraigan el diésel, por cada litro que ordeñen les cobra dos pesos y ellos lo revenden entre cinco y siete.

De igual manera, cobran 500 pesos a los pobladores por recoger con cubetas o garrafones el combustible derramado de las tomas de clandestinas, según confirmó el Gabinete de Seguridad del estado de Puebla.

Sin embargo, competirían por el espacio con otros grupos locales de los cuales no han identificado líderes o cabecillas, pero cuyo rastro ha quedado por los enfrentamientos entre personas armadas, persecuciones en la carretera y delitos de orden estatal como robo de vehículos.

Los Cuautle

La familia Cuautle es originaria del municipio Juan C. Bonilla, Claudio Cuautle Tepale fungía como su líder; en 2012 algunos integrantes fueron detenidos por elementos de la entonces Procuraduría General de Justicia (PGJ); y hoy, testimonios anónimos, indican que aún continúan con la misma actividad: huachicoleo.

Esta familia extraía desde hace una década el combustible y lo revendía a ladrilleras del municipio de Huejotzingo y su red se extendía a San Pedro y San Andrés Cholula hasta su detención, ya que mataron a dos trabajadores de la petrolera por haberlos traicionado, quienes, se presume, la información que les facilitaban a ellos se la otorgaron a uno de sus enemigos.

Testimonios, tras su detención, dieron cuenta que también sobornaban a policías estatales y municipales para que los dejaran circular con las pipas llenas de combustible robado.

Hasta la fecha en el municipio de Huejotzingo, los huachicoleros continúan perforando los ductos a pesar de la presencia de la Policía Estatal en el arco de seguridad.

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