La Quinta Columna 

Por: Mario Alberto Mejía

 

Leí el artículo que Enrique Cárdenas, empleado en su momento de don Manuel Espinosa Iglesias, escribió sobre las amenazas que Diódoro Carrasco profirió en su contra durante un reciente encuentro ocurrido en Casa Aguayo, donde despacha el secretario general de Gobierno de Puebla.

Admito que iban zumbando mis oídos cuando ingresé al lugar.

Días antes había sido convocado junto con Arturo Luna y Ricardo Morales a un desayuno.

Los signos ominosos aparecieron desde que me hicieron transitar por un pasillo poco iluminado.

“Esto me huele a mensaje siciliano”, pensé.

Ya frente al secretario, noté que me apretó la mano más allá de lo normal.

Algo así como Trump a Shinzo Abe, primer ministro de Japón.

“Otro mensaje siciliano”, me dije.

En pleno desayuno, varias abejas empezaron a volar sobre nuestras cabezas.

Cosa curiosa: al secretario no lo hostigaba ninguna.

Subían, bajaban, se posaban en nuestros jugos, arremetían con singular enjundia, se posaban en las orejas —sólo las nuestras—, zumbaban en los oídos…

Era evidente que esas abejas formaban parte de un ejercicio de intimidación como el que denunció el empleado de Espinosa Iglesias.

“Subliminalmente —pensé— nos está diciendo que somos mortales”.

Otro mensaje siciliano.

Después de tres minutos, llamó al mesero y le participó el caso de las abejas.

Dos minutos después —al ver nuestros rostros de angustia— lo compartió con el secretario particular.

(Ninguno de ellos regresó con el director de Protección Civil ni con el cuerpo de bomberos).

En ese lapso, el secretario hizo diversas bromas que me recordaron aún más al doctor Cárdenas:

“Espero que estas abejas no sean africanas. (…) En realidad son drones con micrófonos para que todo quedé grabado”.

Finalmente, tomó su servilleta, la colocó en posición de ataque y con una saña inaudita —nuevo recuerdo de Cárdenas— soltó el trapazo sobre una de las abejas, que cayó al piso agonizante.

“Ahora entiendo al doctor Cárdenas —pensé de nuevo—. A don Diódoro se le da con gran facilidad eso de los mensajes sicilianos”.

Imaginé al ex rector de la Udlap con sus piernitas cortas temblando en una silla que le quedaba grande.

Pobre hombre.

Venir a Puebla para ser amenazado.

Lo que hay que tolerar en nombre de la democracia.

Mientras tomaba el café y veía de reojo a la abeja muerta, don Diódoro sacó el tema de Porfirio Díaz, autor de la frase “¡mátalos en caliente”.

(Otro mensaje siciliano. Nuevo recuerdo del abatido Cárdenas).

Ya para terminar, me trajeron otro café y noté que una abeja muerta yacía en el fondo.

Ufff.

Quise sacarla con la cucharilla.

Fue entonces cuando pronunció las famosas frases que el doctor Cárdenas asegura que le escupió:

“No te metas en problemas. No tiene sentido seguir con eso”.

Y pidió que me trajeran un nuevo café.

Salí temblando de Casa Aguayo decidido a hacer esta denuncia.

Y repetí la cardenista frase:

“Es que no me parece ni por mí, ni por nuestro país que pasen estas cosas”.

 

 

La Batalla del Mostro. Hace años, cuando bauticé a Álvaro Alatriste como el “mostro de la política” lo hice porque me pareció muy parecido a Salvador Morgado, oriundo de Huauchinango, quien cada vez que se echaba sus copitas decía desparramado en un sofá: “Últimamente me estoy convirtiendo en un ‘mostro’ de la política”.

El ‘Mostro’ Alatriste vaya que lo es.

Vea el hipócrita lector:

Usó al PRI como cuchara vieja y ahora está por tirarlo.

Usó al PAN para negociar la impunidad de él y su esposa.

Ahora se echará a los brazos de Morena, una vez que Luis Miguel Barbosa —otro “mostro de la política”— logró que indultaran a Ernestina Fernández de Alatriste, presidenta municipal de Tehuacán.

En los últimos días, Tehuacán se convirtió en un cochinero.

Hay basura acumulada en todo el municipio.

Y es que la empresa encargada de recolectarla dejó de dar el servicio por falta de pago.

Todo esto lo aprovecha como sabe hacerlo el senador Barbosa, promotor de una lucrativa hidroeléctrica en la Sierra Negra.

Tanto interés tiene Barbosa en el proyecto que permite a la minera Autlán aterrizar en sus terrenos.

Es claro que Barbosa quiere ser candidato de Morena a la gubernatura de Puebla por un vulgar asunto de dólares y euros.

Es su naturaleza.

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