De 35 mil a 40 mil pesos por cada noche de operativo se recauda en San Pedro Cholula; el dinero se repartiría entre dos jueces calificadores, un comandante, el secretario general de Ayuntamiento y el presidente municipal José Juan Espinosa Torres

Por Mario Galeana 

A Luis Antonio Rodríguez Espinosa lo contrató su tío, el alcalde José Juan Espinosa Torres, hace más de dos años. Desde entonces ha trabajado como promotor de eventos en el DIF municipal, en el programa educativo Ciudad de Diez y recientemente fue designado al área administrativa de la Comisaría de Seguridad Pública y Vialidad de San Pedro Cholula.

En esta dependencia aprendió lo que hay detrás del gobierno municipal: las cañerías por donde se fugan las multas y las mordidas que se recaudan durante las noches cuando los policías realizan operativos de tránsito.

Si hubiese que trazar un mapa de corrupción, Luis Antonio Rodríguez Espinosa no tendría dudas: iniciaría con dos jueces calificadores y con “el comandante Raúl”. Luego llegaría a Ignacio Molina Huerta, secretario general del Ayuntamiento de San Pedro Cholula, y a Juan Pablo Silva Ochoa, el jefe de Oficina de la presidencia del municipio.

Pero toda aquella maraña de dinero recaudado por la noche tendría un destino final: los bolsillos de su tío, el alcalde José Juan Espinosa Torres.

“La infracción está en 25 mil pesos. Entonces les dicen ‘a ver, dame siete mil a mí y metemos 700 a la caja’. ¿Cuánto se están llevando? ¿Cuánto puede ser para el presidente? ¿Para Nacho Molina?”, pregunta Luis Antonio Rodríguez Espinosa.

Es una noche tranquila en las afueras de la Comisaría municipal. El sobrino del presidente habla con dos policías municipales anónimos. Uno de ellos, sin que Luis Antonio lo sepa, carga un celular que graba la conversación entera.

—O sea, ¿esa lana que sacan los jueces es para Nacho Molina? —pregunta uno de los policías.

—Ajá.

—No, pues sí.

—No mames, imagínate en los operativos cuánto se han de llevar esos güeyes. Fácil, fácil, ahora debe haber unos 40 o 35 mil pesos para ellos —calcula Luis Antonio Rodríguez Espinosa.

—¿Cada cuánto?

—Cada noche. Cada (noche de) los tres días de operativo.

—O sea, tú los has torcido que sí se llevan…

—Sí, yo he estado en pláticas con esos güeyes.

—Y de eso, ¿cuánto le dan a aquel, entonces?

—No mames, le han de dar como 15 mil —contesta.

La conversación supone que “aquél”, el que se lleva más de un tercio de lo que se recauda, pueden ser Ignacio Molina o el presidente municipal de San Pedro Cholula, un hombre por el que Luis Antonio se siente protegido.

Según él, Espinosa Torres le envía a su jefe de Oficina, Pablo Silva Ochoa, cada vez que se mete en problemas: “José Juan siempre le ha dicho a Pablo Silva que nos cuide a mi hermano y a mí. Por cualquier pendejada.  Tú date cuenta. Una pendejada… y viene el pinche Pablo Silva por nosotros”.

El sobrino de José Juan Espinosa Torres involucra también en la red de corrupción a Silva Ochoa, a un “comandante Raúl” y a los dos jueces calificadores de San Pedro Cholula, José Armando Jaramillo Huitzil y Agustín Domínguez Pacheco, aunque nunca los menciona por su nombre.

—Los abogados, los jueces… güeyes que ustedes se chingan o agarran, esos güeyes sacan provecho de ellos —se sincera Luis Antonio Rodríguez Espinosa.

—O sea que ellos son los que le bailan y le dan al presidente la feria…

—Sí.

—Y nosotros como pendejos llevándoles a todos.

—Exactamente —dice, burlón, el sobrino del alcalde.

—¿Como cuánto se lleva ese güey, el Raúl?

—¡Puta madre! El Raúl se lleva como… te voy a decir por qué. Lo analicé, lo estudié y le pregunté a (Juan Pablo) Silva. Oye, Silva, ahí en la Comandancia parece puta mafia, güey. Y Silva me pregunta por qué, y le digo pinche Raúl, güey, se chingan un chingo de billete. ‘Tú déjalo, tú déjalo, no te vayas a meter en pedos’, me dijo. Así me dijo. Pero por qué me lo dijo así, güey. Tiene que haber un pinche por qué.

—Ha de estar recibiendo él también… —apuesta el policía. Y Luis Antonio asiente con la cabeza”.

 

Sobrino, promotor de campaña y empleado…

Luis Antonio Rodríguez Espinosa tiene un gemelo: Eduardo. La diferencia es que sólo uno trabaja en el Ayuntamiento de San Pedro Cholula.

Y si a Luis Antonio lo contrató hace dos años su tío, el alcalde José Juan Espinosa Torres, fue porque se trató de un gesto de retribución.

Desde Jóvenes en Movimiento, un sector del partido Movimiento Ciudadano (MC), el sobrino participó como brigadista de la campaña que Espinosa Torres hizo para llegar a la presidencia de San Pedro Cholula.

Luis Antonio fue tan cercano que apareció en las fotografías con las que el panista Julio Lorenzini Rangel y Espinosa Torres anunciaron, en 2013, un pacto para llevar a este último como candidato de la alianza Puebla Unida (PAN-PRD-Nueva Alianza-MC) al gobierno municipal.

Luis Antonio apoyó también la campaña de otros de los colaboradores más cercanos de su tío, como Luis Alberto Arriaga Lila, quien buscó una diputación federal en 2015, pero perdió.

También tiene una estrecha relación con otros funcionarios cercanos al alcalde, como Ignacio Molina Huerta, con quien tiene una fotografía, abrazados, en su perfil de Facebook.

En 2015, en la administración de Espinosa Torres, Luis Antonio trabajó como promotor de eventos del DIF Municipal de Cholula, donde era titular su tía María del Carmen Espinosa, conocida como La Muñe.

Ahí participó en el programa estrella educativo de la administración: Ciudad de Diez.

Pero fue también en ese organismo donde recibió su primera sanción administrativa. En abril de 2016 se le inició la queja 13/2016 por anotar de manera errónea 30% de los nombres de los beneficiarios del programa Abrígate Bien.

Pese a la falla, la Contraloría decidió amonestarlo de manera privada. Y ese fue su único castigo.

Recientemente, de acuerdo con fuentes al interior del Ayuntamiento, Luis Antonio fue trasladado a la parte administrativa de la Comisaría de Seguridad Pública y Vialidad municipal.

El diario de un policía de San Pedro Cholula

En la conversación del video se infiere que los dos policías que hablan con Luis Antonio Rodríguez Espinosa son apodados El Gafe y Gamboa. Entre los tres parece que hay amistad suficiente para que el sobrino del alcalde se sincere frente a ellos.

—¿Entonces tú crees que la estamos regando nosotros al estarles trayendo a sí la chamba, así nomás?

—Sí, sí… mil veces. Yo no los traería. Yo (diría) “sabes qué güey, si quieres irte en libertad, echa los mil pesos. Dos mil, tres mil”. Esos güeyes (los jueces calificadores) llenan el marranito así, de tres mil, cuatro mil. Yo lo veo, güey.

Quien haya grabado la conversación, hizo de su teléfono celular una clase de diario: un registro del día a día de un policía de San Pedro Cholula.

Hay otras tres grabaciones de aquel elemento de seguridad pública: la detención de un hombre que parece haber tenido un altercado con su mujer; un interrogatorio con un joven detenido e, incluso, otro con un policía que parece haber errado durante un operativo.

Todos ellos fueron subidos a internet por una usuaria de Twitter de nombre Aurora Pantle Toxqui, quien presumiblemente era trabajadora de la Comisaría.

Con un solo seguidor, la biografía de Twitter (@AuroraPantle) de la ex trabajadora dice sólo una frase: “Enamorada, herida y sin trabajo”.

El respaldo familiar

El joven sobrino ha participado en actividades de la vida política de la administración de Espinosa Torres, tanto así que conoce cómo opera la red de corrupción en la Comisaría.

Luis Antonio Rodríguez apoyó a su tío José Juan desde Jóvenes en Movimiento. / CORTESÍA FACEBOOK

Rodríguez Espinosa con Ignacio Molina, parte del gabinete del alcalde Espinosa. / CORTESÍA FACEBOOK

Juan Pablo Silva, el hombre encomendado de cuidar a Luis Antonio por órdenes de JJ. / CORTESÍA FACEBOOK

 

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