La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía @QuintaMam 

 

López Obrador debería saber que su alcalde de San Pedro Cholula —el hijo político favorito del impresentable Ricardo Monreal— es un hombre sin palabra.

Cuando Moreno Valle cambió las leyes en aras de que los periodistas no pisaran la cárcel por temas relacionados con la información, José Juan Espinosa —ahijado de Mario Marín (¡fue padrino de su boda!)— hizo un drama de muy bajo nivel y en su español rupestre (dice “haiga”, “fuistes”, “lavastes”) salió a defender a los periodistas.

Pasaron los meses.

Y nuestro personaje terminó mostrando el cobre.

En una rueda de prensa mostró de qué estaba hecho.

Nacho Juárez, subdirector de 24 Horas Puebla, le hizo preguntas incómodas sobre diversas irregularidades cometidas por su administración.

Como buen lopezobradorista, José Juan respondió con leperadas.

Más cerca de Maduro que de Evo Morales.

Irascible, quiso ser irónico y terminó siendo impertinente.

¿Qué pasó con el ahijado de Marín?

Nada.

O si:

Su padrino salió a flote en cada una de sus múltiples respuestas.

Le dejo al hipócrita lector un humilde ejemplo:

“Eres un cobarde, demuestras tu poca hombría (…) eres  un poco hombre y demuestras de qué estás hecho”, le dijo a Nacho Juárez en lugar de recurrir a los datos duros.

Éste es el personaje que quiere ser gobernador de Puebla.

El mismo que ahora niega a su sobrino en aras de limpiar su marranera.

El que se traga sus palabras y denuncia a los periodistas simple y sencillamente porque le irritan y lo exhiben como lo que es:

Un político de tercera con una cola de quinta.

 

Entre Militares te Veas. Pocos lo saben.

Muy pocos.

El teniente coronel (en retiro) José Ventura Rodríguez Verdín es un gran amigo del general Salvador Cienfuegos Zepeda, poderoso secretario de la Defensa Nacional.

Dice la frase célebre:

En México no hay que meterse ni con la Virgencita de Guadalupe ni con el Ejército Mexicano.

Felipe Calderón, que actuó como un idiota (como un idiota Shakespeariano), debió haber sabido que si se metía con el ejército sería causa perdida.

No lo supo, sacó al ejército a la calle, lo expuso al mal humor popular (y al peor humor de los narcos) y terminó por acabar con una honra legendaria.

Todo mundo lo sabe:

Para ser parte del ejército hay que venir del pueblo.

No cualquier pueblo.

Un pueblo noble y tenaz.

El pueblo que se enfrenta todos los días a los señoritos que nos heredó Calderón y su mujer de apellido Zavala.

Regreso al tema.

Rodríguez Verdín, actual secretario de Gobernación del ayuntamiento de Puebla, es un militar probado que no forma parte de la Hermandad: ese grupo que es dueño de uniformes, honras y plumas de dudosa reputación.

Nuestro personaje viene del ejército del que provino el general Cienfuegos Zepeda.

Se dice rápido.

Se lee mejor.

Ambos militares se encontraron hace poco.

Una vez que el general Cienfuegos estuvo en un acuerdo con Luis Banck Serrato, presidente municipal de Puebla.

Se vieron, se reconocieron, se abrazaron.

Y quedaron de verse.

El teniente coronel le regresó la visita en las instalaciones de la Secretaría de la Defensa Nacional.

Ahí hablaron largamente.

Como los buenos, viejos, amigos que fueron y que siguen siendo.

De sus conversaciones ya nadie sabe nada.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *