La Quinta Columna 

Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam

 

De un día para otro han empezado a hablar fuerte algunos actores políticos que antes susurraban.

Y no es que súbitamente hayan despertado de su modorra.

Hay un motivo muy poderosos que los hace actuar así.

¿Qué es?

Andrés Manuel López Obrador —ese personaje de novela rusa que actúa como cacique— despertó las ambiciones de un grupo de políticos aldeanos y los puso a bailar el son que quiere.

Sobre la mesa también les puso condiciones:

Si quieres ser candidato critica a Moreno Valle y a Gali.

Vete contra ellos.

No los dejes en paz.

Pégale a su gente.

Que no respiren.

Ahógalos con tus gritos.

Por eso aúllan tanto de un tiempo a esta parte los Barbosa, los Manzanilla, los Armenta, los López Zavala y los Espinosa.

Son los títeres que buscan congraciarse con el Dedo de Oro.

Ese Dedo que, como el rayo, a veces destruye y a veces ilumina.

(Que René Char, poeta favorito del presidente Emmanuel Macron, perdone la destrucción de algunos de sus versos).

Los personajes citados, pues, están gritando fuerte para ganarse las candidaturas en juego.

¿Qué los vuelve iguales?

El poder, el dinero, los puestos, la avaricia…

Gritan para ganar.

Y vaya que han gritado últimamente.

Quienes más lo han hecho son Manzanilla —nuestro Candy Man de tres pesos—, el patético senador Barbosa, López Zavala…

AMLO los observa divertido desde la pequeña biblioteca que comparte con su mujer.

Y es que no deja de ser ridículo lo que se ve desde allá.

Sobre todo en el caso del cuñado expulsado de la mesa familiar o del constructor voraz que cobra como senador.

El primero lo hace a cambio de una plurinominal.

El segundo, por Casa Puebla.

Barbosa no quiere otra cosa.

O sí:

La coordinación de MORENA en San Lázaro en caso de ser candidato a diputado federal.

Manzanilla tiene varias obsesiones.

Para Casa Puebla no le alcanza.

Sí, en cambio, para un lugar en la Lista Nacional del Senado.

O una plurinominal en la Cuarta Circunscripción.

Armenta también le pega a Casa Puebla pero pensando en el Senado.

O si las cosas no funcionan:

La coordinación de MORENA en el Congreso local.

José Juan Espinosa tiene cerradas también las puertas de Casa Puebla y sólo parece tener opciones en el Legislativo:

Federal o local.

El caso de López Zavala es un mar de incertidumbre:

Nadie sabe lo que hará.

Pero no quita el dedo del renglón en dos posiciones principales:

El gobierno de Puebla y el Senado de la República.

(Mario Marín está con todo pero empujando a Armenta. Cree que nadie lo ve y se hace el invisible).

Esta pandilla olvida un nombre que es la debilidad del senador Bartlett:

El titubeante Rodrigo Abdala:

Su sobrino político.

El consentido de la tía Julia.

El sueño del muchacho es llenar los zapatos del tío Manuel en el Senado.

Cosa casi segura.

Por eso no se despeina.

Ni grita.

Ni hace el ridículo que varios de los pandilleros arriba citados están haciendo con furor.

Por cierto:

Nuestros personajes, todos, han sido parte de la Mafia del Poder que dice combatir el dueño de MORENA.

Todos pecaron con el arca abierta.

Hicieron negocios.

Cometieron perjurio.

Se acostaron con el diablo.

Hoy, juran, son inocentes hasta de haber nacido.

Dios protege a esta clase de criaturas.

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