La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam

 

 

El senador Manuel Bartlett Díaz vino a Puebla a acompañar a Andrés Manuel López Obrador.

El motivo fue una comida con “empresarios” en el salón de fiestas del restaurante Palmira, cuyo dueño —Alfredo Rivera— fue secretario de Finanzas del PRI estatal en los tiempos en que Bartlett despachaba en Casa Puebla.

Ahí llegaron la pipitilla y muy pocos —contadísimos— empresarios de verdad.

Ahí llegó también —del brazo de Bartlett— Ignacio Mier, quien cobra en la nómina del jefe de MORENA en el Senado.

Y algo llamó la atención:

La ausencia del abogado Carlos Meza Viveros, quien cada vez que Bartlett viene a Puebla aparece junto a él.

¿Qué pasó esta vez?

¿Por qué Meza no estuvo en la comida?

¿No lo invitó Bartlett?

¿Fue vetado por César Yáñez, novio de Dulce María Silva, a quien Meza defendió durante varios meses?

Y si fue vetado, ¿Bartlett aceptó esa decisión?

Hay que decirlo:

Carlos Meza ha jugado todas con Bartlett desde los años noventa, cuando trabajó con él en varias posiciones.

Y si hay en Puebla un defensor a ultranza del ex gobernador , ése es precisamente Carlos Meza.

¿Bartlett ya olvidó todo lo que el abogado ha hecho por él?

¿Así de flaca es la memoria?

 

Bartlett, el Infidente

29 años después de la caída del Sistema, Bartlett salió a decirle a Reforma que Carlos Salinas no ganó la elección y que el fraude no pasó por sus manos.

(Ya luego dijo que no dijo lo que Reforma dice que dijo. Se retractó después de que fue lapidado en las redes sociales. Nadie le cree).

Bartlett fue secretario de Gobernación —siempre presume que fue el último de 6 años— y como tal tuvo acceso a notables secretos de Estado.

Al declarar que Salinas no ganó se convirtió en un infidente.

No fue un rapto de sinceridad el que lo hizo decir eso.

(Los raptos de sinceridad no esperan 29 años para salir a la luz pública).

Fue un acto desesperado por lavarse una vez más la cara.

Sobre todo porque días atrás Cuauhtémoc Cárdenas dijo que Bartlett les debía a los mexicanos una explicación sobre el fraude electoral de 1988.

El nuevo demócrata creyó que la mejor forma de salir bien librado del juicio de Cárdenas era revelando un secreto de Estado.

Y más:

Diciendo que por sus manos no pasó el fraude y que todo ocurrió a espaldas suyas.

En esto se parece a Fernando Manzanilla, quien dijo que cuando fue titular de la Secretaría General de Gobierno todo mundo espiaba menos él.

Bartlett fue un secretario de Gobernación brutal: nada escapaba a sus ojos: controlaba hasta las minucias.

Suena ilógico que no estuviera al tanto del fraude electoral si él —también lo ha dicho— hacía las elecciones con 50 personas y unos cuantos teléfonos.

Años atrás salió a defender el “fraude patriótico” que cometió en Chihuahua y se ganó la crítica de intelectuales como Octavio Paz y Enrique Krauze.

Que no venga ahora a decir que no sabía nada.

Bartlett y Manzanilla están muy necesitados de lavarse la cara para quedar bien con su jefe: López Obrador.

El problema es que nadie les cree.

Ésa es su desgracia.

Volviendo al tema de la infidencia, nuestro héroe democrático ha perdido el poco respeto que le tenía un sector importante de la clase política.

Y es que dejó de ser confiable.

Churchill se llevó a la tumba los secretos de Estado que conoció cuando vivió en el número 10 de Downing street.

Lo mismo hicieron De Gaulle y Lázaro Cárdenas.

Ja.

Pero esos eran verdaderos estadistas.

Bartlett —nuestro Bartlett— ha terminado por achaparrarse.

La duda mata:

¿Le confiará secretos López Obrador ahora que se estrenó como infidente?

¿Alguien le tendrá confianza después de este acto de delación?

Bartlett y Manzanilla han entrado a ese espectro para siempre.

Difícilmente serán confiables en el futuro.

“Los delatores”, susurrará la gente antes de saludarlos.

 

 

Las Barras Patito de Abogados y un Reconocimiento

El magistrado Jaime Raúl Oropeza García se mandó a hacer un homenaje que llevará el larguísimo, retórico y farragoso nombre de: “Mérito del Poder Judicial Federal, por sus aportaciones jurídicas que han dejado precedente en la administración de justicia, velando siempre por los principios rectores del derecho”.

Ufff.

Asociaciones patito de abogados son los abajo firmantes del reconocimiento que será entregado en el hotel MM el 12 de julio.

Hay que decir que Oropeza García no tiene buena imagen entre los magistrados.

Algunos de éstos aseguran incluso que es dueño de una gran ignorancia jurídica.

 

Lastiri y el Uso y Abuso de los Programas Sociales. Ahuacatlán, Puebla

En dos fotografías, un grupo de campesinos muestra orgulloso su pago como parte del programa Jornaleros Agrícolas.

Se ven felices.

En una tercera foto, una mujer sostiene un letrero entre los beneficiarios del programa:

“Vivo en Ahuacatlán y firmo la consulta a las bases”.

Sería anecdótico si no fuera un delito federal sumamente grave.

Y es que el promotor de una consulta a la base al interior del PRI es el subsecretario de la SEDATU, Juan Carlos Lastiri.

Las fotos fueron tomadas para evidenciar dos cosas:

Los pagos del programa y la lealtad a Lastiri.

Usar los programas sociales y darle un uso político-partidista es muy grave.

Lastiri ha negado en repetidas ocasiones que lucre con los programas del gobierno.

Las fotos muestran que es una práctica cotidiana en su agenda.

¿No hay nadie que lo pare?

¿Se puede todo sólo porque se siente respaldado por Rosario Robles y Osorio Chong?

Estaba escribiendo estas líneas cuando alguien me mandó un tuit subido por nuestro personaje por la mañana.

Es una selfie tomada por él y detrás suyo se ve a grupo de reporteros.

El tuit que ya empezó a generar molestias entre la gente de la prensa dice así:

“Reporteros de la fuente sumados al 100 a la Consulta a la Base”.

Confirmado:

Lastiri no tiene límites.

 

 

 

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