La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam

 

Con voz y actitud de merolico (¡Llévelo, llévelo, marchanta! ¡Mire, mi reina, le voy a regalar está bonita colcha!), Juan Carlos Lastiri, subsecretario de la SEDATU, se dirigió a su público de acarreados este domingo en Zacatlán.

Vea el hipócrita lector.

(El discurso es real. La voz del pueblo va entre paréntesis).

“Estamos reunidos aquí para decidir dos cosas: ¿cuál es el PRI que queremos y cuál es la Casa Puebla que queremos?”.

(Y lo grita ante beneficiarios de la SEDATU que tienen una vida miserable debajo de sus techos dignos, arriba de sus cocinas dignas y entre sus marranitos indignos).

“¡Nosotros no quitamos el dedo del renglón! (…) ¡Y quiero decirle al PRI! ¡Quiero decirle, en voz de nuestro compañero diputado federal Lorenzo Rivera, que le externe (Verbo transitivo que significa “expresar algo que hasta entonces mantenía oculto”, pero lo que Lastiri iba a decir lo dice siempre) al presidente del Comité Directivo Estatal, a Estefan Chidiac, que también en la sierra norte le mandamos un mensaje fuerte y claro!: ¡aquí queremos consulta a la base! ¡Aquí el PRI no se vende! (¿Y dónde sí se vende para ver si lo compro?). ¡Aquí el PRI…! ¡Que la decisión sea de todos! (La duda mata: ¿Qué iba a decir cuando dijo “¡Aquí el PRI…!”? ¿Aquí el PRI se vendía pero ya no? ¿O aquí el PRI se sigue vendiendo pero vamos a evitar que eso siga pasando?). ¡¿Sí o no?! (Los borregos balan un tímido e imperceptible “beee” ante la pregunta insidiosa del Benito Juárez güero). ¡¿Sí o no?! (Los borregos intensifican los balidos: “beee, beee”. Pero no es suficiente. Lastiri los mira con asco y discretamente les hace una señal de que van a perder el techo digno y, si se descuidan, hasta los huevos). ¡¡¡No se escucha!!! (¡Hijos de la chingada!). ¡¡¡¿¿¿Sí o no???!!! (Los borregos terminan por balar como el Campesino Holandés quiere y desea: “¡beee, beee, beee!”. Y es que nadie resiste la amenaza de un benefactor del pueblo. Por cierto: algunos periodistas se sumaron al balido desde sus primeras planas y columnas). ¡Aquí queremos decidir quién va a ser candidato a gobernador! (Ah, chingá). ¡No queremos imposiciones! (¡Ah, chingá, chingá!). ¡No queremos que unos cuantos se sienten en la mesa a decidir por alguien! (Ah, chingá, chingá, chingá). ¡Por eso nosotros queremos tomar la decisión: hombres, mujeres, jóvenes, adultos mayores, borregos! (¡¡¡Beee, beee, beee!!!). ¿Porque saben qué? ¡Y que me lo registren bien los medios de comunicación! (¡¡¡Bee, bee, beee!!!). ¡Estamos hasta la madre de perder! (¿Qué pasó si estamos chupando tranquilos?). ¡El PRI no quiere volver a perder! (¡Pues tropicalicen en Puebla el caso Estado de México y dejen de lloriquear!).

Al final de la fiesta de la democracia hubo pulque, carnitas y cueritos.

Hubo también algunas conversaciones entre escépticos de la democracia lastirista:

—Pos yo aquí sólo veo una imposición, Chon.

—¿Cuál imposición, Chano?

—La de la Rosario Robles, tú.

—¿Y a quién quiere imponer?

—¡Al Benito Juárez güero!

—¡Uuuh, uuuh, uuuh!

 

 

Final con Tambor de una Ópera Bufa

De un tuitazo, resolvió Arturo Rueda su cátedra de “Periodismo judicial” que quiso darnos a Juan Carlos Romero Puga, de Letras Libres, y a quien esto escribe: “Deja de decir que la víctima del militar era huachicolero y yo dejaré de decir que la sentencia la escribió el magistrado”.

(Versión libre del quintacolumnista).

¿Dónde quedó la litis?

¿A dónde fueron a parar los aspavientos de sabelotodo de la ciencia jurídica?

La historia quedó reducida a una vulgar transacción.

Las clases de periodismo judicial tendrán que esperar mejor época.

El doctor en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid no supo leer una simple ejecutoria.

Que la Libre de Derecho —su alma máter— lo redima.

 

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