La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam

 

Inhabilitado tres años por otorgar a diestra y siniestra permisos para construir y licencias de uso de suelo de manera irregular, José Gustavo Garmendia Palomino es ahora un promotor más de Andrés Manuel López Obrador gracias a Fernando Manzanilla Prieto: la mano que lo llevó a ser purificado por el líder y dueño de MORENA.

El ex titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología de San Andrés Cholula olvidó ya su pasado vertiginoso y escandaloso, y se dedica a reclutar empresarios para que López Obrador se convierta en presidente de México.

Después de que en febrero de 2015 el quintacolumnista exhibiera su extraordinary life y sus negocios oscuros a la sombra del poder ––de su poder––, nuestro personaje ––fuera ya del cargo desde el que hizo negocios delirantes–– se dedicó a vivir su vida loca lo mismo en Punta Cana, la isla de Mykonos o el Camp Nou, en Barcelona, donde celebró a gritos los goles que Messi le metió al Bayern de Pep Guardiola semanas después de que fuera despedido de manera fulminante.

Lejos de la humildad que debería tener siendo egresado de un bachillerato de la orden de las Carmelitas Descalzas, nuestro personaje exhibió la súbita riqueza de la que se hizo dueño en San Andrés —o “Saint Andrew”, como lo bautizó en sus afanes cosmopolitas— viajando por el mundo y ostentando en Puebla sus autos favoritos: lo mismo un poderoso Ferrari que un veloz Jaguar.

(Un vecino suyo se lo topó cuando aún era funcionario en el elevador de la torre en la que vivía y lo confundió con un narcotraficante, pues entró cargando varios kilos de billetes como si llevara pesados tabiques o la despensa de un mes).

En aras de curarse la cruda moral que le dejó su despido fulminante del ayuntamiento que encabeza Leo Paisano, Gustavito se fue en la Semana Santa de 2015 a Punta Cana, República Dominicana.

Allá, en Playa Bávaro, disfrutó de la arena blanca y fina, y del mar de un suave color azul verdoso.

Y qué decir de los hoteles que andaban cerca de los mil dólares la noche: un lujo que bien se pudo dar después de haber puesto de cabeza al ayuntamiento de San Andrés.

En compañía de su novia se fotografió en las playas de Punta Cana y presumió las imágenes en Facebook y en Instagram.

El primero de mayo de ese mismo año, la pareja viajó a Atenas, Grecia, a “hacer pirámides”.

De ahí se trasladaron a Mykonos (en griego: Μύκονος): una pequeña isla ubicada en el archipiélago de las míticas islas Cícladas: en pleno mar Egeo.

Además de los antros y las playas, Mykonos tiene otra gracia: es la isla más cercana a Delos, donde los yacimientos arqueológicos son abundantes.

Pero como no todo es turismo histórico y arqueológico, Garmendia compró los boletos más caros del Camp Nou para celebrar la victoria del Barça de Messi sobre el Bayern-Munich.

Enfundada en las camisetas del equipo azulgrana, con el número 13 en las espaldas, la pareja fue testigo de lo que escribió el redactor del periódico deportivo Marca: “Y el Camp Nou se vino abajo. El muro hacia Berlín se vino abajo. Nada aguanta en pie ante el imparable Messi”.

Bon vivant imparable, ciudadano del mundo, enfant terrible de Saint Andrew, viajó, bailó y se divirtió en los mejores y más caros destinos turísticos mientras sus acreedores —entre ellos algunos socios del fallido Casino Baviera y varios y nutridos constructores— lo buscaban por cielo, mar y tierra.

El 9 de abril, por ejemplo, la feliz pareja se dejó ver en el Sutton Club Barcelona: uno de los antros más exclusivos del mundo al decir de The World’ s Finest Clubs.

Situado en la calle Tuset (Carrer de Tuset 13), en la zona alta de Barcelona, la discoteca es la más frecuentada por la high class de Cataluña.

Ya se sabe: los Pujol ––perseguidos por la justicia española por lavado de dinero y delincuencia organizada––, Messi, Neymar, Piqué, Javier Bardem y Penélope Cruz, entre muchos otros.

En ese club ––que tiene una capacidad para mil 500 personas–– han estado los mejores DJ’s del mundo: David Guetta, Pitbull, Calvin Harris.

Y la reserva para la zona VIP anda en los 250 euros.

Ahí estuvo Gustavo bebiendo champaña y gastando a manos llenas los tabiques que cargaba a la hora de entrar al elevador de la exclusiva torre en la que vive.

Hoy, sin embargo, trabaja para los más pobres del país en el proyecto de López Obrador.

Dicen sus íntimos que tiene en mente seguir haciendo negocios delirantes pero ahora bajo el manto de MORENA y del mesías tropical.

 

LAS PRIMERAS SEÑALES

El 9 junio de 2014, el periodista Rodolfo Ruiz encendió la alarma en su columna La Corte de los Milagros.

Y es que reveló que José Gustavo Garmendia Palomino ––en complicidad con Alejandro Martínez Mozo, “El Chicharito”, a la sazón secretario particular del alcalde Leo Paisano–– era dueño de una ambición desbordada “por controlar la obra pública y sacar provecho de los desarrollos comerciales e inmobiliarios, a través de información privilegiada, usos de suelo, áreas de donación, licencias y permisos de construcción”.

El columnista señaló que pese a no contar con el título de ingeniero o arquitecto, como lo establece el Manual de Organización del ayuntamiento de San Andrés Cholula, Garmendia estaba al frente de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología con sus únicos estudios de “bachiller egresado del Colegio Santa Teresa”.

El 16 de febrero de 2015, el periodista Ricardo Morales desveló la trama de la corrupción en su columna:

“Garmendia Palomino se apresta a hacer el negocio del año en la exclusiva zona cercana a Lomas de Angelópolis. El joven funcionario municipal aprobó la construcción de un desarrollo inmobiliario, el cual competirá con los que se encuentran en esta zona, donde el valor actual del metro cuadrado rebasa con facilidad los 7 mil pesos”.

El autor de Las Serpientes se preguntó:

“¿Quién es José Gustavo Garmendia Palomino?”.

Su respuesta fue elocuente:

“Garmendia (…) ha aprovechado su puesto para enriquecerse de tal modo que vive, a su corta edad, en un lujoso departamento en la exclusiva zona de Sonata (Lomas de Angelópolis) donde la socialité poblana suele divertirse en estos días.

“Por si fuera poco, el joven Garmendia cuenta con dos automóviles de lujo de los que, dudo mucho, haya podido adquirir con su sueldo como funcionario del ayuntamiento de San Andrés Cholula. A veces viaja en su vehículo Jaguar último modelo y para trabajar utiliza su camioneta Ranger Rover; ambos vehículos con un costo aproximado entre un millón 200 mil y 850 mil pesos, según el tipo de cambio.

“Diversos trabajos periodísticos ubican a Garmendia como el eje de la corrupción en San Andrés Cholula, ya que lo mismo vende licencias de construcción que trafica con los permisos para la colocación de anuncios publicitarios, de acuerdo a sus intereses. (…) Estos negocios le han arrojado importantes ganancias al joven funcionario municipal”.

Pese a las denuncias periodísticas, Garmendia Palomino se mantenía impasible, y sin ningún rubor continuaba haciendo negocios amparado en la dependencia que dirigía.

El lunes 23 febrero de 2015, quien esto escribe publicó en La Quinta Columna, de Sexenio diario, datos tan duros que generaron su caída y su inhabilitación en esa misma semana.

Comparto con el lector algunas líneas:

“A sus 28 años de edad ya es inmensamente millonario.

Y cómo no si tiene en sus manos la secretaría de Desarrollo Urbano en uno de los municipios más ricos del estado de Puebla: ahí donde todos los días se ponen las primeras piedras de lujo de torres, edificios de departamentos, fraccionamientos y centros comerciales.

“Para ello cuenta con información confidencial de la que carecen los demás.

“Por eso otorga a diestra y siniestra permisos para construir y licencias de uso de suelo.

“Pero no está solo en esta cruzada.

“Su padre lo cuida de enemigos pequeños, lo acerca a sus amigos poderosos y lo guía con la experiencia de su edad en el Rancho Grande de los Garmendia.

“(…) El periodista Arturo Luna escribió en su Garganta Profunda que el entonces consejero Garmendia “se está cobrando no a lo chino, pero sí quedándose prácticamente con todos los contratos de obra pública, a través de varias empresas con, como suele ocurrir en cualquier cloaca digna de ese nombre, varias razones sociales pero una sola cuenta bancaria. Dicen que la influencia y el poder de Garmendia en San Andrés Cholula es tal, que ya varios en el ayuntamiento le dice ‘El Patrón’.”

“El ‘Patrón’, el ‘Jefe’, el ‘Don’.

Un constructor cholulteca le comentó hace algún tiempo a quien esto escribe que el ex secretario de Desarrollo Urbano estaba utilizando su cargo para extorsionar y que al inicio de la administración cobraba “200 mil pesos por sentarse con él y garantizar algún negocio”.

 

 

EL CASINO Y LA PIEDRA EN EL ZAPATO

La historia que precipitó la caída de Gustavo Garmendia Palomino fue la del frustrado Casino de Sonata.

El 6 de Febrero de 2015 la Empresa Recreaciones Gómez Palacios S.A. de C.V. realizó el pago de Derechos por la obtención de dictámenes para el establecimiento de un casino en el área de Sonata, en la Plaza Sinfonía, en Lomas de Angelópolis, con la finalidad de continuar con el trámite de la obtención de la Licencia de Funcionamiento correspondiente.

Dichos trámites tuvieron una celeridad inusitada, contrario al deficiente desempeño de la secretaría que tenía a su cargo Garmendia.

¿Qué intereses tenía con esa empresa al ofrecer la gestión para que obtuviera la Licencia de Funcionamiento Municipal?

Y es que los permisos de esta naturaleza recaen en la dirección de Impacto Ambiental de la Secretaría de Desarrollo Rural, Sustentabilidad y Ordenamiento Territorial (SDRSOT).

Otro dictamen que estuvo en sus manos fue el correspondiente al Uso de Suelo.

Dichos procedimientos, por cierto, fueron solventados satisfactoriamente.

Pero la Trama de Garmendia tenía otros vericuetos.

El secretario de Desarrollo Urbano y el secretario de Gobernación Municipal de esa época metieron en serios aprietos al gobierno de San Andrés Cholula.

Específicamente al director de Giros Comerciales, responsable de firmar y liberar la Licencia de Funcionamiento del Casino en Sonata.

Y es que existían fundadas preocupaciones por la naturaleza de algunos documentos que conformaban el expediente y que meterían en un brete al ayuntamiento encabezado por Leo Paisano.

Esas fueron las razones por las que se retrasó la Licencia de Funcionamiento.

Fuentes de la Secretaría de Gobernación federal revelaron que la licencia federal era falsa y que Garmendia Palomino estaba al tanto de eso.

Pero eso no le importó.

A estas chapucerías se sumaron otras.

Una de las costumbres que nuestro personaje implantó fue que se podían edificar obras sin contar con las licencias de construcción.

Un caso ejemplar: el de Bulnesarq, S.A. de C.V.

Juan Pablo Gayol Bulnes, dueño de la empresa, inició la construcción de 43 departamentos y 3 locales comerciales –sin contar con la licencia de ley– en la Lateral Sur de la Recta a Cholula.

Lo curioso es que en diferentes fechas de 2014 -19 de junio, 26 de junio, 4 de julio, 18 de agosto-, Garmendia Palomino le otorgó licencias provisionales –“sin generar sanciones por el inicio de trabajos”- por distintos plazos: 6 días hábiles, 7 días hábiles, 10 días hábiles y 30 días hábiles, respectivamente.

Esta conducta irregular se volvió la constante en el municipio.

La empresa Security Suites S.A. de C.V. también fue beneficiaria de ese modelo creado por Garmendia Palomino.

Y es que en repetidas ocasiones, pese a carecer de su licencia de Construcción, le fueron otorgadas “licencias provisionales” para “la regularización de la obra, sin generar sanciones por el inicio de trabajos”.

Dicha empresa construyó dormitorios para estudiantes en la calle 14 oriente número 2209 en San Andrés Cholula.

El empresario Juan Pablo Gayol Bulnes, ahora con Construmotion Vertical S.A. de C.V., volvió a ser beneficiario del esquema creado por Garmendia Palomino con una “vivienda multifamiliar” ubicada en la calle Guadalupe Victoria número 830 de San Bernardino Tlaxcalancingo.

El 3 de julio de 2014 solicitó la “licencia provisional” y al día siguiente se la dieron.

Y así por el estilo en otras diferentes fechas.

Esta historia de impunidad sería cómica de no ser tan cínica.

(Mañana: El Inicio del Fin).

 

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