La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam

 

Fiel a su biografía, Fernando Manzanilla Prieto abandonó a su suerte a José Gustavo Garmendia Palomino justo en el momento en el que éste entró al Jardín de los Senderos que se Bifurcan.

A la mala suerte del ex secretario de Desarrollo Urbano del ayuntamiento de San Andrés Cholula hay que sumar la deslealtad de quien hasta antes de la noche del domingo fungía como su protector, amigo y guía espiritual.

Garmendia tendrá que enfrentar solo la investigación ordenada este lunes por el Congreso del Estado en el sentido de profundizar en la investigación de las irregularidades cometidas durante su estancia en dicha Secretaría.

Esto quiere que Garmendia Palomino podría ser sancionado en dos vertientes: la administrativa —con una pena económica elevada— y la judicial, pues de encontrársele responsable de los muchos delitos señalados en este espacio cabría la posibilidad de ser denunciado por peculado.

Hay que decir que dicho exhorto —de “urgente y obvia resolución”— emitido por el Congreso del Estado fue aprobado por unanimidad de votos, una vez que el quintacolumnista hizo un recuento de las múltiples irregularidades de Garmendia a su paso por Desarrollo Urbano en la edición de este lunes del periódico 24 Horas Puebla.

Nuestro personaje también enfrenta una denuncia interpuesta en la Fiscalía General del Estado por el diputado federal Eukid Castañón Herrera el viernes 28 de julio “por el delito que resulte”.

En un escueto boletín de prensa, se informa que Castañón recibió una “alerta” de manera personal “sobre la contratación de un grupo por parte del denunciado para atentar físicamente en su contra”.

En ese sentido, el legislador responsabilizó a Garmendia de lo que “pueda sucederle a él, su familia y equipo de trabajo, a consecuencia de estos hechos.

En dicho boletín se lee que el denunciado “es colaborador” del partido de Andrés Manuel López Obrador: MORENA.

Con su biografía en la mano, Manzanilla no tardó en deslindarse en cuanto leyó el recuento de las irregularidades cometidas por su protegido.

A través de un tuit, el coordinador de MORENA en la región Atlixco-Izúcar de Matamoros dijo de Garmendia a las 10:40 de la mañana de este lunes:

“No colabora conmigo. Esta persona y su papá, llevan años colaborando con Rafael Moreno Valle. Son sus parientes. Han laborado en gobiernos del PAN”.

Manzanilla miente claramente, pues el propio Garmendia Palomino ha confesado a amigos y familiares que colabora directamente con él en tareas partidistas ligadas a MORENA.

En el citado tuit, olvida que por ser cuñado de Moreno Valle es su pariente político.

Y más:

Que en varias ocasiones trabajó para el PAN:

Uno, como secretario general de Gobierno en el sexenio de Moreno Valle.

Y dos: como coordinador de la campaña del senador Ernesto Cordero, quien buscaba ser presidente del CEN pero fue derrotado por Gustavo Madero.

Flaca es la memoria de Manzanilla, pero más flaca es su lealtad.

El reportero Mario Galeana —de 24 Horas Puebla— le pidió al ex priista, ex convergente y ex panista una entrevista sobre el caso del multicitado Garmendia.

Su respuesta lo volvió a retratar de pies a cabeza:

“Ya le contesté a tu patrón en Twitter”.

¿Olvida Manzanilla que ahora milita en un partido que defiende a los pobres y a los trabajadores del país?

Y es que su mensaje se enmarca en la cultura del desprecio laboral.

En otras palabras:

En el despotismo feudal.

El uso que le da a la palabra “patrón” es despectivo por naturaleza.

Ya sabemos que él es hijo de una duquesa en España, pero si quiere crecer en MORENA tendría que moderar sus malas maneras, su lenguaje y sus expresiones despóticas.

Varias anécdotas lo retratan.

Cuando era secretario general de Gobierno regañó a uno de los siete secretarios particulares que tuvo en dos años —nadie le aguantaba los malos tratos— por el gravísimo error de no haber metido un short en su maleta, pues el remedo de duque estaba por salir a Europa.

Muy puntualmente el particular le dijo que lo del short y la maleta no formaban parte de sus responsabilidades.

Irritado, Manzanilla abrió un caramelo, aventó la envoltura al escritorio y llamó al particular.

“¡Recoge esa basura!”, le ordenó entre gritos.

El particular no pudo más y se le fue encima.

De no ser por sus auxiliares, el duquesito hubiera salido severamente golpeado.

Hay que decirlo:

Los otros seis particulares también cuentan historias similares.

Hoy, otra vez como muchas otras veces, su biografía lo alcanzó.

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