Marcos Gutiérrez Barrón, de la Upaep, indicó que en Puebla 339 mil 601 empresas fueron afectadas en sus ventas, lo cual la ubica como la cuarta entidad con mayor debilidad interna
Por Ilse Contreras
Hasta ocho años podría tardar el estado para recuperar el nivel económico que tenía, tras los efectos del sismo del 19 de septiembre, estimó Marcos Gutiérrez Barrón, académico de la Facultad de Economía de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).
El catedrático detalló que, aunque es difícil asegurarlo por la variación de las temporadas, de manera acelerada serían tres años lo que tardaría en reactivarse la economía; sin embargo, si no se da un “shock externo” para que ésta despegue podría prolongarse la crisis cinco años más.
Indicó que en Puebla, 339 mil 601 empresas fueron afectadas en sus ventas,lo cual la ubica como la cuarta entidad con mayor debilidad interna, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), sobre todo en restaurantes, hoteles y comercios, por lo cual tendrá que promocinarse más el turismo.
Además, Marcos Gutiérrez dijo que debido a las afectaciones en todos los sectores, excepto el de la construcción, por la edificación de viviendas, se estima que el Producto Interno Bruto (PIB) en el estado se rá afectado entre 0.5% y 1.0%.
Gutiérrez Barrón señaló que el sector manufacturero y el automotriz serían los principales impulsores de la economía en el país debido a la importancia en la exportación, además de un leve crecimiento en el sector de la construcción.
Improvisan ante contingencias
El catedrático de la UPAEP resaltó que tanto el gobierno federal como el estatal no estaban preparados para confrontar la actual situación, pues no consideran en sus finanzas públicas una contingencia sísmica, de ahí la necesidad de un plan emergente de reactivación económica, en conjunto de políticas públicas con el sector privado y la sociedad.
Agregó que rumbo a 2018, los funcionarios y partidos políticos deberían considerar una reducción tanto en su salario, viajes, así como en los gastos de campaña como medida de austeridad, pues ante las necesidades de miles de habitantes afectados por el sismo “es una prioridad hacer un sacrificio”.
