La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam 

Margarita Zavala siempre dijo que quería ser presidenta de México.

Y hasta hizo un libro mal escrito para fundamentar su causa.

Y movió a sus plumas adictas para tener credibilidad y beligerancia.

El resultado no pudo ser peor.

Hoy irá por la ruta independiente en una embarcación que apenas le dará entre siete y ocho puntos, suficientes para descarrilar a Ricardo Anaya, pero no para llegar a Los Pinos.

Eduardo Rivera Pérez siempre quiso ser gobernador de Puebla.

Y hasta juntó a un grupo de perdedores en aras de lograr consensos.

El saldo final es patético.

Hoy irá si bien le va —lo adelantó Ricardo Morales — a una diputación federal, no por la vía uninominal —sabe que perdería— sino en la lista de la Cuarta Circunscripción.

Los sueños de opio son de opio.

Son sueños compartidos por otros que también consumen opio.

Es opio fumado en las salas de espera.

Esas salas que son de espera pero suelen ser desesperantes.

Los fumadores de opio nunca fuman solos.

Los fumaderos de opio están repletos de largas pipas de opio, y de opiómanos.

Faltaba más.

Durante muchos meses quisieron hacernos creer que Margarita sería presidenta de la República y Lalo, faltaba menos, gobernador del estado.

Hoy que sus sueños de opio se han venido abajo, ¿qué nos dirán?

El sueño de la razón produce monstruos (aguafuerte de Francisco de Goya), ¿y qué produce el sueño de la sinrazón?

Opio.

Sueños de opio.

Interminables pesadillas.

¿Qué nueva mentira venderán?

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