El ex priista aprovechó la falta de experiencia del académico en la política para señalar su supuesta cercanía con el primer círculo de Andrés Manuel López Obrador, líder del partido

Por Mario Galeana 

La docilidad de Enrique Cárdenas Sánchez fue aprovechada por Alejandro Armenta Mier durante la primera reunión entre quienes se perfilan como los favoritos para la candidatura por Morena al gobierno de Puebla.

Avezado en la arenga política, el diputado federal cuestionó de forma velada la inexperiencia del académico en temas electorales, su origen y su supuesta cercanía con el primer círculo de Andrés Manuel López Obrador, líder nacional del partido.

El encuentro, convocado por el ex candidato a la gubernatura Abraham Quiroz Palacios, se convirtió en una suerte de debate que tuvo a Cárdenas Sánchez con un gesto reprimido de desasosiego y la mirada hundida en cualquier otro lugar distinto a los ojos de Armenta Mier. El ex rector de la Universidad de las Américas Puebla (Udlap) no pudo, o no quiso, siquiera, devolver una sola de las críticas.

En realidad, el encuentro tenía como propósito que los aspirantes a candidatos por Morena hicieran un pacto de unidad en favor del proyecto presidencial de López Obrador. Quiroz Palacios invitó a siete de ellos, pero faltaron casi todos: los activistas Marco Alonso Aco Cortés y Abelardo Cuéllar Delgado, así como el diputado federal Rodrigo Abdala, el senador Miguel Barbosa Huerta y el alcalde José Juan Espinosa Torres.

El festín de Armenta

Lo primero que hizo Enrique Cárdenas fue agradecer a Morena la apertura “real” hacia personas con un corte “más ciudadano”. Al escucharlo, Alejandro Armenta sólo sonrió y, en cuanto tuvo el micrófono, dijo:

“Cuando la soberbia invade al ciudadano, normalmente se cometen errores. Todos los que hacemos política somos ciudadanos. El político no deja de ser ciudadano nunca. Y no basta con querer: hay que saber cómo enfrentar una elección”.

El ex rector miró titubeante a Armenta. Posiblemente no imaginó que el ex priista desestimara, en segundos, su principal atributo. Posiblemente no imaginó nada de lo que vendría:

“Morena no está para experimentos —lanzó el diputado—. Hay que saber cómo funcionan los aparatos en territorio para la manipulación electoral, cómo se infiltran las estructuras gubernamentales para coaccionar el voto en las urnas. O va a pasar lo mismo que en el Estado de México, donde no se cubrió 30% de las casillas: una elección que se tenía ganada, se pierde porque no se supo entender cómo enfrentar una elección de Estado”.

Luego, Armenta enlistó sus cualidades y, por ende, los defectos de Cárdenas: frente a un académico nacido en Torreón, Coahuila, él se dijo doblemente poblano por sus orígenes en la Mixteca y Acatzingo; frente a un investigador que jamás ha sido candidato, él dijo que Morena y López Obrador necesitan perfiles competitivos y no “anclas”; frente a un hombre dócil y cándido, él se atribuyó la adhesión de militantes del PRI, PAN y Encuentro Social (PES).

Cárdenas escuchaba y miraba al frente, y escuchaba y miraba hacia el costado, y escuchaba y hacía una mueca. Armenta disfrutaba el festín.

Aún no soy candidato: Cárdenas

Enrique Cárdenas llegó al encuentro con la soltura de quien es señalado en cada filtración a la prensa como el próximo candidato a Casa Puebla .

Pero cuando se lo preguntaron, no pudo hacer otra cosa que negarlo: “El proceso está en marcha. No es correcto (que ya sea candidato) o no que yo lo sepa”, dijo.

En esa nueva ronda, Alejandro Armenta atribuyó las filtraciones a la intromisión del ex gobernador Rafael Moreno Valle dentro de Morena, que ha sido posible —dijo— a través del diputado Mario Rincón.

“No podemos permitirlo, porque daña y confunde. A nadie le conviene presumir una relación política (con el círculo cercano de López Obrador) o decir que ya está resuelto el proceso”.

El ex priista siguió de largo hacia Moreno Valle y dijo era un hombre “cuyo apetito no cesa”, graduado de “la escuela depredadora de Harvard, donde se entrenan los hombres de poder para someter las riquezas del país”.

Cárdenas, con una licenciatura en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y un doctorado por la Universidad de Yale, no hizo más que hundir la mirada en la mesa. De nuevo.

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