La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam 

Este miércoles vendrá a Puebla Enrique Ochoa Reza, dirigente nacional del PRI, para escuchar el diagnóstico sobre la realidad política del estado de voz del brillante Luis Antonio Godina.

Ese encargo se le hizo en la célebre reunión en la que Ochoa Reza hizo severas críticas a la labor de algunos militantes de la zona VIP que insisten en vivir como en el Bronx.

La reunión será de lo más interesante, pues Godina, un profesional de altos vuelos, seguramente hará el análisis de la caída brutal que el PRI ha tenido en la entidad a partir de que Mario Marín Torres llegó a Casa Puebla.

Cómo olvidarlo.

Antes de Marín, el priismo poblano tenía un sprint insuperable, buenos reflejos y capacidad de reacción.

A su llegada todo cambió para mal.

La inclusión, a la que había sido tan proclive Melquiades Morales Flores, dejó de ser un ejercicio cotidiano para convertirse en exclusión.

Marín gobernó con su grupo y exterminó a los otros.

Como un jabalí en brama, persiguió lo que oliera a melquiadismo e ignoró a otros actores.

Una vez que en su vida apareció —para siempre— Lydia Cacho, se refugió en Casa Puebla y en los pequeños pueblos donde no había internet.

Así dejó pasar la vida, o el sexenio, que en su caso es lo mismo.

Y si bien durante esos años el PRI ganó elecciones, todo formó parte de una imaginería electoral.

Cuando en realidad habría que ver quién era quién, la debacle del PRI fue espantosa: perdieron la gubernatura, perdieron el Congreso, perdieron la sensación de triunfo.

En otras palabras se volvieron boxeadores erráticos como el Chango Casanova o el hijo de Julio César Chávez.

A partir de entonces el PRI se engaña cada vez que hay elecciones.

Vea el hipócrita lector: se entrena como si fuera a dar la vida en el ring y termina haciendo teatro de sombras.

(Desde la esquina, avergonzado, el entrenador lanza la toalla para frenar la barbarie).

Con Jorge Estefan Chidiac, hay que decirlo, el PRI parece estar de vuelta sin las simulaciones de las que fue víctima en el pasado reciente.

Eso es lo que querrá confirmar en su visita Ochoa Reza, uno de los integrantes del triunvirato que, en palabras del columnista Salvador García Soto, presiona a Peña Nieto en aras de influir en la sucesión presidencial.

García Soto dice que Luis Videgaray, Aurelio Nuño y el dirigente nacional del PRI sólo tienen un candidato: José Antonio Meade.

Y más: que cada vez que pueden, y pueden mucho, le hablan al oído al presidente.

Por cierto: Ochoa Reza encabezará la comida de trabajo con los poblanos en el hotel Camino Real La Vista.

Horas antes, a las 10 de la mañana, sesionará el Consejo Político Estatal del PRI en el denominado Salón Blanco para aprobar el método avalado anteriormente por el Consejo Político Nacional: el “dedazo”.

En otras palabras: mediante el “dedazo” el PRI poblano elegirá a sus candidatos a la gubernatura, el Senado, las diputaciones —locales y federales—y las alcaldías.

Nota bene: la inteligente Adela Cerezo será designada ese día presidenta de la Comisión Estatal de Proceso Internos del partidazo.

 

La Última Priista de Huauchinango no ha Muerto

Por un error atribuible a quien esto escribe, en mi columna anterior dije que doña Lilia Ibarra ya había fallecido.

Varios lectores de Huauchinango me corrigieron la nota.

Doña Lilia goza de cabal salud y todos los días sigue barriendo, desde muy temprano, la banqueta de su casa.

En consecuencia: la última priista de Huachinango sigue en pie.

 

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *