Los municipios de Palmar de Bravo, Quecholac, Tecamachalco, Tepeaca y Acajete, relacionados con el robo de combustible, fueron beneficiados por el crimen organizado

Guadalupe Juárez 

En cinco de los seis municipios que integran el triángulo rojo, en un lapso de cinco años, a la par que el robo de combustible crecía y parte de los habitantes se involucraba en actividades relacionadas con el crimen organizado, la pobreza extrema se redujo.

Las demarcaciones que mejoraron las cifras en dicho rubro son: Palmar de Bravo, Quecholac, Tecamachalco, Tepeaca y Acajete, de acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) contenidos en el informe más reciente: Pobreza a nivel municipio de 2010 y 2015, dado a conocer la semana pasada.

Sólo en Acatzingo, que también forma parte del triángulo rojo, aumentó de forma ligera el número de habitantes en condiciones de pobreza extrema al registrar hace siete años 17% y en 2015, 17.8%.

Para el Coneval, una persona en situación de pobreza extrema es cuando tiene tres o más carencias sociales, de seis, relacionadas con rezago educativo, acceso a servicios de salud, seguridad social, calidad y espacios de vivienda, servicios básicos y acceso a su alimentación.

Además de que su ingreso sea insuficiente para adquirir bienes y servicios que requiere para satisfacer sus necesidades alimentarias y no alimentarias como ropa y calzado.

En la mayoría de los municipios donde reportaban tomas clandestinas, las autoridades detectaron que el crimen organizado aprovechaba la pobreza de los habitantes para ofrecerles trabajo con sueldos de hasta 12 mil pesos a cambio de ser halcones, chupaductos o conductores de camionetas utilizadas para el trasiego de gasolina robada. Con ello garantizaban también la protección de parte de la población, inclusive de mujeres y niños.

En Palmar de Bravo hace siete años se tenía el registro de que 20.6% de la población se encontraba en pobreza extrema, es decir, nueve mil 66 personas, aunque cinco años después la cifra fue a la baja al pasar a seis mil 266, equivalente a 15.5% de habitantes.

En Quecholac, donde reportes policiales refirieron que un líder ligado al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) operaba en la junta auxiliar de Palmarito Tochapan, disminuyó de 20% a 14.9%, de 2010 a 2015.

La población de Acajete que padece pobreza extrema pasó de 17.1% en 2010, a 12.9% en 2015; algo similar sucedió en Tecamachalco, pues de contar con 14% de habitantes con carencias hace siete años, en 2015 fue de 9%.

En el mismo lapso en Tepeaca se registró una disminución de la pobreza extrema, ya que en 2010, 19.8% de sus habitantes la padecía, y para 2015 esta se redujo a 9.9%.

En Amozoc y San Martín Texmelucan, donde también se han presentado casos de tomas clandestinas y robo a ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex), la población con pobreza extrema disminuyó al pasar en el primer caso de 14.8% a 7.5%, y en el segundo de 8.8% a 5.4%.

Puebla capital abandona primer lugar en pobreza

En otro tema, la capital del estado dejó el primer lugar como el municipio con más personas en pobreza en el país, con 699 mil 066 habitantes contabilizados en 2015, cuando cinco años antes era de 732 mil 154 pobladores.

El primer lugar lo ocupa Ecatepec, Estado de México, con 786 mil 846 personas en condiciones precarias; este municipio hace siete años aparecía en el tercer lugar con 723 mil 559 personas.

Pese a la disminución, la ciudad de Puebla formó parte del listado de los 15 municipios con el mayor número de personas en situación de pobreza extrema con 64 mil 586, junto a Acapulco de Juárez, Guerrero; Chillón, Chiapas; Ocosingo, Chiapas; Chimalhuacán y Estado de México, por mencionar algunos.

No obstante, el municipio de Puebla sí presentó un avance con respecto a 2010, pues 27 mil 665 salieron de este rubro, ya que hace siete años la población con más de tres carencias era de 92 mil 251.

Una de dos personas pobres no tiene acceso a la seguridad social y una de cinco carece de acceso a la alimentación.

Siete de 10 capitalinos tienen al menos una carencia social y el resto no es vulnerable ni pobre.

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