La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam 

Hay dos clases de priistas en Puebla en estos momentos: los que ven la realidad y los que prefieren transformarla.

Es evidente que los votos sumados del PRI, Verde y Nueva Alianza no le dan el triunfo a José Antonio Meade Kuribreña en función de los comicios de 2018.

La única posibilidad real es que desde Los Pinos se orqueste una alianza poco ortodoxa —por no decir heterodoxa— con el morenogaliscismo.

Algo así sucedió en 2012, cuando la Puebla de Moreno Valle le dio al PRI los votos que requería para llegar a Los Pinos.

(Los enemigos interesados del entonces gobernador siguen diciendo que éste no cumplió con lo acordado, sólo porque López Obrador le ganó a Peña Nieto por algunos cientos de votos, aunque lo real es que la alta votación poblana contribuyó a que con la suma nacional el PRI regresara al centro del poder).

Hoy las circunstancias no han cambiado: el PRI necesita de los aliados para ganar la presidencia.

Sin ellos, el destino de Meade sería el tercer lugar.

Hay algunos priistas poblanos que no quieren ver esa realidad y creen ingenuamente que sin alianzas ganarán la Presidencia de la República, las senadurías, las gubernaturas y las diputaciones.

Viven, es claro, una esquizofrenia brutal que no les permite ver la realidad.

Y algo peor: quieren ajustar esa realidad a su obsesión de revancha.

Me temo que su mayor enemigo —Moreno Valle— es el único en Puebla que les puede ayudar en la puja por retener Los Pinos.

Y es que hoy por hoy, para los priistas que manejan ese partido a nivel nacional, lo más importante es ganar la presidencia.

Las gubernaturas no importan.

Las alcaldías no sirven.

La prioridad es la cereza del pastel,  no el pastel entero.

Quienes lo tienen claro aseguran, faltaba más, que como parte de lo que viene el PRI irá solo en Puebla.

Solo, pero no en solitario.

La diferencia entre el Neanderthal y el Sapiens sigue dando lecciones de historia y hasta de biología:

Los primeros salían de caza solos, y no cazaban nada.

Los segundos cazaban en grupo, y terminaban por cazar todo.

¿Águila o sol?

 

Meade y los Aspirantes

El encuentro privado que sostuvo este sábado Meade con los candidatos a la gubernatura, y uno que otro colado, dejó en claro que el abanderado del PRI a Los Pinos es amigo de Moreno Valle y Jorge Estefan, pero que duele más el cuero que la camisa.

Esta metáfora dejó contentos a algunos que tienen pesadillas severas.

(Bien por ellos).

Algo más:

El tapado pasará las fiestas navideñas metido en la incertidumbre, pues la decisión se conocerá en enero.

Los que estaban por renunciar a sus cargos federales en estos días terminaron por recular en espera de que en realidad —como se los prometió Meade— el PRI vaya en alianza con el Verde y con el PANAL a la gubernatura.

Ya se ve de qué tamaño es la seguridad de los titubeantes.

Cuando la reunión concluyó, algunos de los asistentes se decían a sí mismos que no habrá negociación con Moreno Valle.

Y con esa idea en la cabeza se fueron a la cama.

Al despertar, faltaba menos, tenían dos cosas: la impresión de que habían dormido mal y un severo dolor de cabeza.

Pasarán las fiestas navideñas diciéndose al oído: “Puebla no está negociada”.

Y más: “Sí habrá coalición con el Verde y el PANAL”.

Felices fiestas, si la obsesión se los permite.

***Muy amable, José Antonio Meade saludó a Luis Antonio Godina en Puebla.

Y tras preguntarle por su salud le quedó en claro que goza de cabal salud.

Por cierto:

En una mesa de la boda de Juan Manuel Vega Rayet, alguien, muy amigo de Dionisio y José Antonio Meade, les dijo a sus contertulios: “No pierdan de vista a Godina. Es el bueno”.

Y no lo dijo una sola vez.

¿Se les habrá olvidado invitar al bueno?

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