La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam

Cuando el hipócrita lector tenga estas líneas ante sí —a las 19 horas del domingo 21 de enero—, el presidente Enrique Peña Nieto estará con Enrique Ochoa y Aurelio Nuño decidiendo el destino electoral, entre otros puntos, del estado de Puebla.

El presidente viene de un viaje por Suramérica y tiene como tarea sacar al candidato del PRI a la gubernatura de Puebla.

Seguramente en su escritorio descansa el concentrado de veinte encuestas —en el mejor estilo de López Obrador— que influirán en la trascendental decisión.

También habrá hablado con José Antonio Meade sobre el destino poblano, y seguramente ya sabe que Jorge Estefan Chidiac es quien cumple con sus expectativas emocionales y electorales.

Las rutas de los otros dos contendientes son previsibles, al decir de un escenario maquilado en las oficinas de Juan Carlos Lastiri.

Dichas rutas son:

Enrique Doger a la alcaldía de Puebla y el propio Lastiri en calidad de Primera Fórmula al Senado.

Mientras la decisión madura, en MORENA los Barbosa, los Armenta, los Duques esperan recoger las sobras que generen las deseables facturas.

Estos personajes buscaron seducir a Eduardo Rivera Pérez para llevarlo a la candidatura a la Presidencia Municipal, pero fracasaron estrepitosamente cuando el ex alcalde se sumó a Por México al Frente.

Ahora sus ojos están puestos en el PRI.

¿A qué le apuestan?

A que Enrique Doger se inconforme con la decisión de hacer candidato a Casa Puebla a Jorge Estefan y que, en consecuencia, vaya a los brazos de los oportunistas de salón.

Metafóricamente hablando, buscan a su Rita Hayworth echándose al cuello de Orson Welles en la película La Dama de Shangái.

El problema de MORENA es que su apuesta principal para crecer es desfondar al PRI.

En eso basa sus expectativas.

A eso se dedica Alejandro Armenta todos los días.

Si lo desfondan tendrán auténticas posibilidades de llegar a Casa Puebla.

Eso mismo parece estar haciendo el morenogalicismo.

Y es que piensan que si la elección se polariza entre Por México al Frente y  MORENA tendrán ganado todo.

Se equivocan.

Lo que les conviene es una elección a tercios entre los dos citados y el PRI.

Lo contrario generará un fenómeno casi natural:

Los priistas, horrorizados por ver a su partido en tercer lugar y sin posibilidades de triunfo, se sumarán en masa a MORENA.

Todo esto está en juego justo en el momento en que en su despacho de Los Pinos el presidente Peña Nieto consensa con Ochoa y Nuño el caso Puebla.

Y mientras el apellido Estefan parece tomar fuerza, los ratones esperan salir del agujero para llevarse sus quesitos a otros lados.

Diría el columnista Salvador García Soto:

Los dados marcan el ascenso de las serpientes.

La única escalera de la casa está por romperse.

 

La Decisión de Banck

Mesurado, fiel a su estilo, Luis Banck anunció hace unos días que continuará al frente de la alcaldía poblana y que, en consecuencia, no participará en los comicios de este año.

De esta manera el Frente pierde la posibilidad de poner a competir a una de sus piezas más hechas, más formadas, más competitivas.

Banck en las boletas podría dar los resultados que quieren tener.

Ya se sabe cómo es a veces la política:

Premia más el entreguismo que los atributos.

Mal por el Frente, bien por Banck.

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