Sobre Javier López, heredero político del ex gobernador Mario Marín Torres, pesan acusaciones de traición hacia el tricolor durante los más recientes procesos electorales en la entidad

Por: Mario Galeana

Con el rastro de la derrota electoral más decisiva para su partido en los últimos años y el reciente rechazo de Morena, instituto al que intentó brincar en este proceso electoral, el ex marinista Javier López Zavala fue nombrado coordinador de Operación Política del Comité Directivo Estatal (CDE) del PRI y de su precandidato, Enrique Doger Guerrero.

Marginado del reparto de candidaturas de su partido, López Zavala aceptó trabajar para el tricolor bajo la promesa de que recibirá una subsecretaría federal en caso de que José Antonio Meade Kuribreña gane la presidencia de México el 1 de julio.

Sobre Javier López, heredero político del ex gobernador Mario Marín Torres, quien intentó imponerlo en el gobierno de Puebla durante los comicios de 2010, pesan acusaciones de traición durante los más recientes procesos electorales.

En 2012, por ejemplo, el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) priista negó su registro como candidato al Senado de la República y lo dejó fuera de cualquier cargo. López Zavala respondió el golpe con la misma fuerza: un año más tarde, en la jornada electoral de 2013, operó la estrategia del partido Pacto Social de Integración (PSI), instituto que alcanzó 113 mil 958 votos e hizo perder al PRI cinco diputaciones locales y al menos 22 municipios de la entidad.

El PSI fue fundado en marzo de 2013 por Carlos Navarro Corro, quien trabajó junto a Javier López cuando fue secretario de Gobernación con Marín Torres. Desde el PSI, el ex candidato al gobierno de Puebla incitó a varios aspirantes del PRI a renunciar a su partido y competir por el nuevo instituto político local.

Entre ellos iba Pablo Morales Ugalde, ex alcalde de Palmar de Bravo, detenido por la Marina debido a sus vínculos con el robo de combustible.

La promesa a Zavala y el chantaje al PRI

Como nuevo coordinador de Operación Política, López Zavala tendrá que reagrupar la estructura del PRI que él mismo dinamitó. Su relación con Navarro Corro se ha terminado y, ahora deberá aceitar una maquinaria que con cada proceso electoral ha perdido fuerza.

En 2010, siendo candidato por la coalición Puebla Avanza (PRI-PVEM), el de Pijijiapan logró 883 mil 285 votos contra un millón 111 mil 318 votos conseguidos por la alianza Compromiso Por Puebla (PAN-PRD-Convergencia) y su abanderado, Rafael Moreno Valle.

Seis años después, en una nueva contienda por el gobierno estatal, el PRI sólo consiguió 591 mil 752 votos. Sus aliados, PVEM y PES, reunieron 51 mil 508 más.

Pese a todo, Javier López es hoy, posiblemente, uno de los más importantes movilizadores en el PRI, aunque su estructura sea herencia de Marín Torres, quien lo trajo desde Chiapas, de donde es originario.

Con base en ello, el CEN del tricolor valoró su incorporación al equipo de campaña de Doger Guerrero, pero no lo incluyó en el reparto de cargos de elección popular. López Zavala, como se sabe, intentó –sin éxito– ser candidato al Senado o presidente estatal del PRI para el proceso electoral en curso.

Sólo aceptó la Coordinación de Operación Política –cargo de segundo nivel jerárquico en el partido– bajo la ofrenda de obtener una subsecretaría en el próximo gobierno federal, si es que Meade Kuribreña gana la contienda.

La propuesta fue filtrada al periodista Fermín Alejandro García, quien detalló la necesidad del acuerdo en Cuitlatlán, la columna que escribe en La Jornada de Oriente: “López Zavala se resistió por más de una semana a levantarle la mano a Enrique Doger Guerrero, luego de que el CEN del PRI lo designó como precandidato, situación que provocó inestabilidad en el equipo del aspirante, pues era un vacío que mandaba el mensaje de falta de unidad de las fuerzas internas del tricolor en torno al proyecto electoral del también ex edil de la capital del estado”.

Pero se trata, incluso así, de un cargo obtenido por el chantaje. A principios del año pasado, el priista se coló en una gira que Andrés Manuel López Obrador realizaba en Jilotepec, Veracruz. El breve encuentro fue difundido por él mismo, a través de unas fotografías en las que parecía ser regañado por el tres veces precandidato presidencial.

López Zavala aseguró haber sido invitado a Morena por Ricardo Monreal, y en esa línea de discurso se mantuvo por meses. La incorporación definitiva de otros priistas a esa fuerza, como Alejandro Armenta Mier, derribó su propio mito.

Y su destino se convirtió en su origen: el Revolucionario Institucional.

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