La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía/ @QuintaMam

Los grandes empresarios poblanos no llegaron a la comida con Andrés Manuel Lopez Obrador, ésa que fue denominada de “líderes de opinión” o ”líderes morales” o “líderes” simplemente.

Líderes no hubo ni debajo de las mesas.

Sí, en cambio, pipitilla marinista mezclada con empresarios serios, como Javier Pacheco Pensado y sus socios inmobiliarios y de la construcción: Hugo Pérez y Juan Carlos Iguiniz.

Estuvieron, faltaba más, Emilio Maurer (será candidato de Morena por el distrito 11 local), Manuel Espinosa Maurer, Lorenzo Rojas —socio de Alfredo Rivera—, los Priede, Juan Carlos “El Flaco” Benítez —dueño de Prissa—, Fernando Escalera, Edy Abraham, Maclovio Hernández y Omar del Campo, socio del Despacho Rivadeneira, Treviño y Del Campo.

Todos ellos, forrados y blindados ante Hacienda, el SAT y la PGR.

Los empresarios marinistas se dejaron ver después de mucho tiempo de ostracismo.

Con sus saquitos lustrosos por el tiempo, se vieron y se felicitaron de estar en un proyecto que los pueda devolver a la obra pública de la que fueron beneficiarios en el sexenio de Mario Marín Torres, el “Jefe” o el “Patrón”, como le decían.

Hoy, con Lopez Obrador, esperan regresar a los negocios.

Sólo una cosa les pidió el candidato a Los Pinos a los cuatrocientos “líderes” en la comilona: que apoyen a Miguel Barbosa en sus afanes de ser gobernador de Puebla.

Ni tardos ni perezosos, aparecieron las chequeras —como abanicos, ante el calor del ambiente— y los aplausos.

(No cualquiera muestra sus adhesiones políticas y financieras en este tiempo de canallas).

Mal momento eligió AMLO para venir a Puebla, pues si le creemos a las encuestas —sobre todo a Massive Caller,  muy promovida por los adictos a Morena—, Barbosa y los candidatos al Senado —Armenta y Nancy— perdieron siete puntos en una semana.

Sus quince minutos de fama los tuvieron, qué curioso, cuando López Obrador los llevó a recorrer el estado.

Después vino la calma chicha.

Y más tarde: la caída.

Algo extraño sucede en las encuestas.

Y es que mientras AMLO sigue a la alza en todas, sus candidatos a gobernadores y senadores han empezado a descender en las intenciones de voto.

A esto hay que sumarle que los indecisos cada vez son menos.

Todo esto ocurre en Massive Caller, que, como escribió Jorge G. Castañeda —uno de los fans de esta empresa—, es de lo más confiable.

Esto escribió el ex canciller hace unos días en El Financiero:

“Una nueva app permite acceder a bajo costo a las encuestas que levanta con mucha frecuencia José Carlos Campos Rojas, de Massive Caller. Son mil llamadas ‘robot’, con un margen de error de 3.2 por ciento. Desconozco quiénes son los propietarios de la empresa y no puedo validar sus resultados a través de un largo historial o de un medio de comunicación conocido. Pero sé que mucha gente ve la app, comenta las encuestas y sus resultados coinciden con otras pesquisas más conocidas. La ventaja que encierran éstas reside en su frecuencia y volumen.”

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