La Quinta Columna
Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam 

En Tehuacán todos saben que la presidenta municipal, Ernestina Fernández Méndez, es una marioneta.

La mayoría de la población está equivocada, pues piensa que su esposo, Álvaro Alatriste Hidalgo, es quien la maneja.

Y no es del todo cierto.

En más de una ocasión, Ernestina estuvo a punto de romper con su esposo, el Mostro mayor, pero siempre llegó alguien que con su voz la tranquilizaba y la conminaba a ver “por el bien de la familia”.

Esa tercera actriz en escena es su hermana Rayo Fernández Méndez, quien al inicio del periodo de gobierno contrajo nupcias con el abogado Jorge Pérez Merchant.

La historia de éste no tiene pierde.

Fue uno de los agentes del Ministerio Público consentidos durante el marinismo, pero luego su estrella se apagó y entró a la zona umbrosa del desempleo.

En el año 2013 llegó a Tehuacán buscando trabajo de lo que fuera: juez calificador, encargado de la barandilla, perito de tránsito municipal…

Y con la intención de colocarse en algún cargo menor buscó a Álvaro Alatriste.

La suerte le sonrió porque ahí conoció a Rayo Fernández.

De entrada se percató de la influencia y el dominio que ejerce sobre su hermana Ernestina.

No perdió tiempo.

Comenzó a enamorarla a Rayo hasta se casó con ella.

En los pasillos de la Presidencia Municipal corrió la voz de que el suyo era un matrimonio de conveniencia

Y es que dicen que Rayo Fernández y su esposo tienen un muy particular interés en la obra pública que realiza el municipio.

Hace unas semanas, el Club de los Mostros se reunió.

Ahí, en la oficina principal del Palacio Municipal, se sentaron Álvaro Alatriste, su cuñada Rayo, su concuño Pérez Merchant y, por supuesto, la presidenta Ernestina.

Pero ésta sólo escuchó sin pronunciar palabra.

El acuerdo fue que necesitaban lanzar a un candidato a la alcaldía para seguir controlando el negocio de 300 millones de pesos año que representa la obra pública de Tehuacán.

Las tres voces coincidieron en que Milton Carlos López Bretón, ex titular de la Dirección de Obras del Ayuntamiento, fuera el elegido.

La muda alcaldesa consintió agachando la cabeza.

La historia de Milton tampoco tiene pierde.

Hasta el 2013 tenía una pequeña empresa constructora que estaba a punto de la quiebra por falta de trabajo y clientes. Bastó con que entrara al Ayuntamiento de Los Mostros para convertirse en un próspero funcionario y empresario.

Vaya: hasta aumentó de peso.

Hoy, con sus 117 kilos a cuestas, es conocido como “El Gordito de los Moches”.

En estos días se registrará como formal candidato del PRI a la Presidencia Municipal para seguir llevando los hilos de la Obra pública.

Mientras tanto, la ciudad de Tehuacán está hundida en una ola de violencia como nunca se había visto: asaltos, levantones, robo de autos y camionetas, asesinatos y secuestros.

La delincuencia está desatada porque el Club de los Mostros destina todos los recursos a la multicitada obra pública y sólo un pequeño 2 por ciento del presupuesto a Seguridad Pública.

En Tehuacán también se sabe que varios comerciantes abarroteros tienen la costumbre de comprarle mercancía robada a los asaltantes de camiones y a las bandas que roban los trenes cotidianamente.

Para ellos la delincuencia, faltaba más, es parte del negocio.

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