La Quinta Columna
Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam
En una reunión con hombres de negocios, Andrés Manuel Lopez Obrador es interrogado sobre Napoleón Gómez Urrutia.
Uno de ellos agrega feos calificativos a la decisión del dueño de Morena de hacerlo candidato al Senado.
Huidizo, AMLO responde que ni siquiera lo conoce.
“¿Entonces por qué va a ser su candidato?”, acota un businessman.
“Porque fue perseguido”, es la respuesta.
Luego viene aquello de que Juárez y Madero también fueron perseguidos y encarcelados.
En la lista debió agregar el nombre de otra aliada: Elba Esther Gordillo, quien resucitó al tercer día de ser enviada a su prisión domiciliaria.
En el programa de Loret de Mola, Juan Ignacio Zavala, hermano de Margarita Está Linda la Mar, candidata independiente, le saca a colación a Tatiana Clouthier, coordinadora de campaña de AMLO, a la multicitada Elba Esther.
La respuesta no es digna de la hija de quien se convirtió en un luchador social los últimos años de su vida.
(Sus primeros, sus segundos y sus terceros años los usó para joder a los pobres y acrecentar su riqueza).
“Ay, pobrecita maestra. Déjenla descansar en su casa”, dijo.
Pobre Napito, pobre profesora: tan perseguidos por el mal gobierno, tan perseguidos como Juárez y Madero.
Hay una fiesta en una residencia de Tlalpan.
Carlos Salinas de Gortari cumple setenta años.
Muchos son los invitados.
Muchos son también los que niegan su asistencia.
Entrevistado por Reforma, Diego Fernández de Cevallos admite que él sí fue.
“¿Por qué lo hizo?”, pregunta horrorizada la reportera.
“Porque se me dio la gana”, responde el también llamado Jefe Diego.
Así de simple.
¿Cómo hubiera quedado López Obrador ante los hombres de negocios si su respuesta hubiera sido “hice candidato a Napito porque se me dio la gana”?
Como un campeón.
¿Como quedó?
Como un mentiroso.
Tatiana Clouthier hubiera sido digna hija de su padre si en lugar de pobretear a la maestra hubiese admitido que la susodicha es aliada de AMLO porque a éste se le pegó la gana.
La simulación les ganó.
No es la primera vez.
AMLO se viene aliando con los Bartlett, con los Marín, con lo peorcito de este país desde hace varios años.
Pero siempre tiene una justificación para tan malas alianzas.
Mucho avanzaríamos si la respuesta de Diego Fernández de Cevallos se viniera a vivir entre nosotros.
Es preferible el cinismo que la simulación.
¿No es esto último de lo que están cansados los mexicanos?
Cuando menos es lo que nos dicen todos los días en las moralistas y horrorizadas redes sociales.