La Quinta Columna 
Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam

Andrés Manuel López Obrador dice que este país se empezó a descomponer después de José López Portillo.

Es decir: cuando Miguel de la Madrid llegó a Los Pinos con su ejército de neoliberales y mafiosos.

Entre los primeros: Carlos Salinas de Gortari.

Entre los segundos: Manuel Bartlett Díaz.

El país de De la Madrid fue el país que le dejó desde la Secretaría de Gobernación el licenciado Bartlett: un país quebrado ya desde entonces por el narcotráfico, los crímenes de periodistas, el asesinato de un agente de la DEA, los fraudes electorales y la corrupción enquistada en el Palacio de Covián.

Vea el hipócrita lector:

Cuando De la Madrid llegó, las locuras de López Portillo habían destruido lo que Luis Echeverría había empezado a destruir: el desarrollo estabilizador, por ejemplo, mismo que hoy quiere resucitar López Obrador.

Y si Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz habían dejado un país quebrado por los asesinatos de Rubén Jaramillo y los jóvenes del 68, Echeverría culminó la tarea represora con el Halconazo de 1971.

De la parte económica conformémonos en señalar 4 arbolitos de un bosque en llamas: la devaluación en el sexenio de Echeverría, las muchas más de López Portillo, el ascenso y la caída de PEMEX, y la nacionalización bancaria al final de una administración agonizante que hizo llorar a su presidente como un perro en su colina.

(Técnicamente, el periodo de López Portillo concluyó cuando el banquero Manuel Espinosa Yglesias le atravesó el rostro a éste con una bofetada).

El licenciado Bartlett cruzó ese México sombrío desde la Secretaría de Gobernación, donde despachó uno de sus jefes: el frustrado aspirante presidencial Mario Moya Palencia.

Una vez en el poder, a Bartlett se le cayó el cielo para beneplácito de Salinas de Gortari, quien le disputó y le ganó la candidatura del PRI a la Presidencia de la República.

Diversos periodistas y políticos han ligado a Bartlett con personajes tan tenebrosos como José Antonio Zorrilla, “El Güero”, acusado de ser el autor intelectual del asesinato del periodista Manuel Buendía, y Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca, “Don Neto”, autores de la tortura y el crimen del Kiki Camarena, agente de la DEA que investigaba los vínculos entre el narcotráfico y el gobierno mexicano.

Incluso, el periodista JJ Esquivel, corresponsal de Proceso en Washington, publicó en un libro que el ex secretario de Gobernación estableció una gran cercanía con Don Neto y Caro Quintero, y que incluso estuvo en la casa donde era torturado el agente de la DEA.

Ufff.

Cómo se parece el país de hoy al Mexico del licenciado Bartlett.

Ese Bartlett tan querido y respetado por López Obrador.

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