La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam 

El problema de la inseguridad es un tema nacional, por no decir mundial.

Varios son los factores que la generan.

Uno de ellos, el más enfático, es el de los medios de comunicación.

La prensa mexicana se regodea como nunca antes con los asesinatos y las violaciones.

El periódico Metro chorrea de sangre todos los días como en los años sesenta lo hicieron dos revistas amarillistas: Alarma y Alerta.

Puebla no es la excepción.

Hay una constante exhibición de la nota roja.

En otras palabras: la nota roja desplazó otros aspectos de la vida.

El mensaje final parece ser: somos puercos, matamos porque somos puercos, violamos porque somos puercos, batámonos en nuestra porqueriza.

La percepción de inseguridad tiene que ver con esa exhibición permanente y morbosa.

Las redes sociales también contribuyen todos los días.

Esta campaña, hay que decirlo, parece favorecer a un partido político: el de López Obrador.

Entre más permee la sensación de inseguridad, más se logrará el objetivo de presentar como ineptos a los distintos gobiernos.

Algunos medios de comunicación, en efecto, han dejado de tener una responsabilidad social para convertirse en apologistas del delito.

Son, en ese sentido, cómplices de los delincuentes.

Todo lo magnifican.

Todo lo usan para vender la idea de una inseguridad galopante.

Y no es que no exista, pero sonorizada es estruendosa.

En el más reciente estudio del INEGI sobre la percepción de inseguridad en el país, la ciudad de Puebla no se encuentra entre las principales capitales del miedo.

Y si bien hay una tendencia natural al alza, el porcentaje no es tan elevado.

(Percepción, por cierto, no es incidencia).

También, hay que decirlo, aumenta significativamente la confianza en la policía municipal.

En tanto que el 53 por ciento de los ciudadanos confía en las fuerzas municipales, el promedio nacional anda en el 43 por ciento.

Un dato es elocuente: la encuesta se levantó durante el mes de marzo, cuando sucedieron —y se sobredimensionaron— dos hechos violentos en la colonia Clavijero y en la Cuchilla.

Y mientras en lugares como Vallarta la percepción de inseguridad creció hasta en un 20.4 por ciento, en la Ciudad de México el fenómeno alcanzó hasta el 97 por ciento.

No todo lo que brilla es sangre.

Nomás faltaba.

Cuchillos en la Espalda

En cuanto llegó a la dirección general de la Defensoría Pública del estado de Puebla, Salvador Guzmán González empezó a recibir críticas en dos columnas periodísticas: una “patito” y otra seria.

Lo curioso es que lo acusan de medidas draconianas que ni siquiera tiene pensado poner en marcha.

Es evidente que los ataques provienen de quienes querían su cargo para algún recomendado.

Lo cierto es que Guzmán llegó a esa posición por invitación directa de Diódoro Carrasco, secretario general de Gobierno.

Y eso, ya se ve, les dolió en el alma a los interesados en golpearlo.

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