La Quinta Columna 

Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam 

Una versión circula en los lavaderos políticos:

Miguel Ángel Osorio Chong contrató los servicios del despacho de Eduardo Robledo —quien gobernó Chiapas sólo 69 días— en aras de que éste diseñe una estrategia para que, a la derrota del PRI el primero de julio, el ex secretario de Gobernación administre la pedacería tricolor.

En lenguaje perro significa que Chong le apuesta a la derrota de Meade y ya se prepara para quedarse con la pipitilla priista.

¿Qué hará con ésta?

Administrarla como coordinador de los pocos senadores del PRI en la Cámara Alta.

Si esta versión es real, se explican muchas cosas.

Entre otras:

Los brazos caídos de los adictos a Osorio Chong durante la campaña del candidato a la Presidencia de la República.

Y más:

La conspiración silenciosa en contra de Meade es orquestada por quienes se ostentan como “priistas de base”, mismos que cada vez que pueden —y pueden muy seguido—vulneran al candidato.

Otra de sus acciones es la marcada operación a favor de los candidatos de Morena.

La duda que mata es una:

¿Sirve de algo administrar la pedacería priista?

A Osorio Chong seguramente sí.

Desde su perspectiva, él podría jugar, desde el Senado, el mismo papel que jugó Manlio Fabio Beltrones en el sexenio de Felipe Calderón.

Es decir:

El papel de vicepresidente de México.

¿Cómo olvidarlo?

Todo pasaba por Beltrones:

Iniciativas, acuerdos bajo la mesa, conspiraciones desde Los Pinos.

El problema es que Osorio no es Beltrones y que la bancada del PRI —de prosperar su complot— no será del tamaño de la que operó su odiado alter ego.

Porque fue muy claro que las diferencias entre ambos son brutales.

Osorio Chong, pues, no es un verso suelto en esta trama.

Muchos son los que lo siguen.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *