La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam 

Los debates entre candidatos a cargos de elección popular abundan por todos lados.

El problema, en ocasiones, son los moderadores.

Hay una extraña inclinación a elegir a periodistas lerdos que tienen la virtud de ser limitados y complacientes.

Es el caso de Veracruz, donde los aspirantes a gobernar el estado se verán las caras este viernes por la noche.

Los moderadores serán Luisa Cantú Ríos y Luis Ramírez Baqueiro, este último, por cierto, un conocido comunicador que tuvo a bien robarme una columna en noviembre pasado.

Cuando entré a Google para saber qué novedades había sobre este personaje, descubrí que dos de sus amigos —seguramente comparten las mismas mañas— habían salido a defenderlo de una columna que le dediqué exhibiendo sus malas artes.

Ya lo sabemos: quien tiene que recurrir al plagio periodístico no puede llamarse periodista.

Es plagiario.

Punto.

No hay vuelta de hoja.

Todo empezó cuando el 20 de noviembre de 2017 publiqué, como parte de una serie que desde el año 2000 denomino Periodismo Ficción, un ejercicio sobre los aspirantes priistas a Los Pinos.

Ese día apareció en mi columna un relato imaginario sobre el día en que Osorio Chong fue informado por el presidente Peña Nieto de que él sería el candidato a la Presidencia.

Como en todo ejercicio de esta naturaleza, incluí supuestos diálogos, supuestas situaciones y supuestas infidencias.

Lo curioso vino después.

Reporteros de Veracruz que me hacen el honor de leerme me enviaron un artículo de Ramírez Baqueiro en el que éste, sin el menor pudor, utilizó mi columna ficción textualmente, pero, además, la vendió como si fuera un hecho real.

Mi primera reacción fue de incredulidad.

Y es que pensé que se necesitaba ser muy lerdo para dar por bueno lo que a todas luces era ficción.

Luego me ganó la risa.

Y más tarde, al ser testigo de cómo la prensa veracruzana tundía al plagiario, escribí una columna sobre el tema.

A mi Facebook llegó un mensaje de Ramírez Baqueiro pidiendo paz.

Lo extraño fue su argumento: “Es lastimoso creer que alguien tenga por gusto plajearle (¡sic!) a usted algo… si la misma muestra coincidencias puede ser que la fuente que me pasó la información fuera la misma. (…) si desea una disculpa pública por las coincidencias pues con gusto. Lo que no se vale con todo respeto, es que descalifique el trabajo de uno… algunas fuentes en ocasiones le fallán (sic) a uno. Y quien me informó de esta supuesta infidencia o hecho habría sido alguien cercano al mencionado personaje (Osorio Chong). Tenga por cierto que publicare (sic) una nota aclaratoria en mi siguiente entrega… explicando ciertamente que mi fuente baso (sic) dichos en datos previamente mencionados por usted”.

Hasta aquí la larga, pero indispensable cita.

¿Coincidencias?

No.

Vil plagio.

El comunicador veracruzano que moderará el debate de los candidatos a la gubernatura insiste en estas líneas que tuvimos la misma fuente informativa, cosa imposible pues el mío fue un ejercicio de periodismo ficción.

Di por olvidado el asunto debido a la intervención de un gran amigo que me pidió cerrar el tema.

Hoy lo reabro porque veo con asombro que en defensa de Ramírez Baqueiro salieron dos tunde teclas veracruzanos: Iván Calderón y Edgar Hernández, quienes, con prosas porosas, me descalificaron usando como referencia un libelo que circuló unas horas denominado Prensa Negra —patrocinado por el gobernador Mario Marín en mayo de 2007.

(En mi novela Miedo y Asco en Casa Puebla dedico varios capítulos al tema y dejo en claro que cuando se trata de desprestigiar no hay calumnia menor).

Lo que llama la atención es la defensa que ambos hacen del plagio de su colega.

Y es que lo justifican de la peor manera.

Tal para cual: estos tres personajes son buenos ejemplos de esa fauna periodística que se mueven como miembros de la delincuencia organizada y que, además, tienen la gramática de los gatilleros.

Va a estar bueno el debate.

No me lo pienso perder.

 

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *