La Quinta Columna 
Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam

De pronto aparecieron en las redes sociales.

Combativos, delirantes, magnificados en sus faltas de ortografía.

Son los “chairos”.

El Colegio de México los define bien:

“Persona que defiende causas sociales y políticas en contra de las ideologías de la derecha, pero a la que se atribuye falta de compromiso verdadero con lo que dice defender; persona que se autosatisface con sus actitudes”.

No hay chairo que no sea lopezobradorista.

Todos los son a muerte.

Pero hay de chairos a chairos.

He aquí, hipócrita lector, un breve pero revelador muestrario:

El Chairo Chairo

Está con AMLO porque ya está “hasta la madre de todo”. Su perfil en Facebook lo refleja perfectamente: no tiene trabajo fijo, hace chambitas ocasionales, bebe caguamas tibias. En sus fotos posa con gesto de “¡estoy hasta la madre!”. En algunas fotos aparece con playeras del equipo de futbol América.

 

El Chairo Intelectual

Es pintor frustrado, pero tiene un taller abierto al público. Fuma marihuana y se siente la reencarnación de Francisco Toledo. Fue priista en su adolescencia pero con los años se hartó de los partidos. Entonces descubrió a López Obrador. A veces le maquila murales a los distintos ayuntamientos del pueblo donde vive, sean éstos del PAN, del PRD o del PRI. Cree que cuando gane AMLO lo van a jalar para hacer murales en Palacio Nacional.

 

El Chairo de Ocasión

Llegó a MORENA porque en el PRI le negaron una candidatura plurinominal. Después de militar más de quince años en el partidazo, los burócratas que lo manejan no tomaron en cuenta su capital político y decidió irse. Buscó al candidato de MORENA a la gubernatura y éste le dijo que se incorporara en alguna posición menor. “Es lo que hay ahorita, pero vamos viendo cuando ganemos”, le dijo al tiempo de darle un abrazo de bienvenida. Todos los días enfrenta en Facebook las burlas de sus ex compañeros de partido, aunque responde con mentadas y descalificaciones.

 

El Chairus Philosophicus

Es el antagonista de todo que no duda en recurrir a citas falsas de Gramsci o de José Revueltas o de Woody Allen para ejemplificar que López Obrador está del lado correcto de la historia. Este personaje siempre se ha manejado como parte de la izquierda universitaria, aunque no ha dudado en cobrar en la odiada derecha burguesa. Está de acuerdo con Paco Ignacio Taibo 2 en que hay que expropiar Telmex y Palacio de Hierro.

 

El Chairo Sentimental

Se metió a la causa lopezobradorista porque su esposa lo traicionó con un priista. Luego de tres días de alcohol —escuchando a José-José y a José Alfredo Jiménez— quemó sus naves y se inscribió a MORENA. Diariamente escribe en su muro toda clase de ataques contra el PRI y los priistas, y a la menor insinuación escupe: “AMLO ES SU PADRE PUTOS!!!!!!”.

 

El Chairo Esquirol

Ha militado en todos los partidos pintando bardas y robando urnas en las elecciones. Un compadre suyo —consumado mapache electoral— le dijo que ya estaba en MORENA y que si quería chambear con él. No lo dudó un segundo. Lo primero que hizo fue fotografiarse con AMLO en un mitin al que fue de acarreado. Usa una playerita morada que le queda chica y tiene como función gritar las más diversas consignas: desde “¡Presidente, presidente, presidente!”, hasta “¡Es un honor estar con Obrador!”.

 

Nota Bene: Todos estos chairos tienen algo en común:

Creen que llegando AMLO a la Presidencia van a tener buenos trabajos con mejores sueldos.

Están seguros de que la revolución les hará justicia.

Y están convencidos de que ganando AMLO se tienen que ir del país los “derechairos”.

También esperan con ansias la noche del 1 de julio para apalear en las redes a sus enemigos.

 

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