La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam 

Hay en todo el país un ambiente de degradación.

Los hombres más ricos de México pretenden dar un golpe de Estado técnico a través del voto corporativo.

(Son como los empresarios chilenos, argentinos y uruguayos en los años setenta, cuando pedían a gritos golpes militares que no tardaron en darse).

Los partidos políticos tradicionales están rebasados.

Son cadáveres flotando en el lago de Texcoco.

Dirigentes y ex dirigentes tomaron, ya, sus Naos de China.

(Beltrones y Yeidkol Polevnski viven una luna de miel inusitada que ya fue detectada en los espacios de Carmen Aristegui; Ochoa Reza regresó a sus habitaciones a jugar Nintendo electoral, y René Sánchez Juárez hace como que revive a las bases priistas, que cada día se parecen más a la novia de Frankenstein).

Karime Macías la hace de guía de turistas brutalmente informada en el corazón de Londres, y se da tiempo para ligar, hacer gimnasia facial y gastarse más de millón y medio de pesos al mes.

AMLO deja entrar a su casa de Tlalpan a Javier Alatorre —primo hermano del chimpancé que un día, luego de diez años, escribió un soneto de Shakespeare— y le confiesa arrobado —palabras más, palabras menos— que es uno de sus comunicadores favoritos, y que además lo quiere mucho.

El INE hace como que aprieta y como que suelta la mano, igual que el Tribunal electoral.

John Ackermann, uno de los voceros de AMLO, publica antes que el diario Reforma una encuesta que le da al tabasqueño una ventaja de 26 puntos sobre el segundo lugar.

Un juez federal pone en libertad al “Abuelo” Farías: narco, empresario y autodefensa en Michoacán, protegido, además, por el gobierno federal.

Tatiana Clouthier, coordinadora de campaña de AMLO, vive una especie de censura consensuada desde que pidió hacer un voto diferenciado en las elecciones del 1 de julio.

Los moneros mexicanos perdieron el sentido del humor y ahora crucifican a otros moneros que no son como ellos.

(Sólo el inmortal Magú persiste en la crítica y en ese humor extraviado. Por eso, quizás, se ha quedado solo).

Jorge Castañeda, asesor multifactorial de Ricardo Anaya, cada día se ve más desencajado y deprimido, aunque él argumenta que se debe al exceso de consumo de Etiqueta Negra de Johnny Walker.

El presidente Peña Nieto es desmentido todos los días por sus secretarios de Estado —en particular el de Gobernación—, pero no se da por enterado.

Ufff.

En Hora 25, un gran programa de radio de Cadena Ser, José Luis Sastre hizo una gran definición del término “degradación” a propósito de la vida política española.

La comparto porque retrata muy bien lo que está pasando en México.

“Las cosas que importaban perdieron importancia.

“La degradación es un estado, y eso no se mide.

“Eso se nota, se huele y quien quiere verlo lo ve”.

Hay algo podrido en Dinamarca.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *