Las Serpientes
Por: Ricardo Morales / @riva_leo

¿Para qué se hizo el poder? Pues para poder.

Y vaya que Morena aprendió y aprendió bien; por eso, ahora busca una reforma electoral a modo a nivel nacional que le permita conservar durante muchos años el poder que tanto trabajo le costó alcanzar.

Morena ya dio el primer paso dentro de su proyecto para perpetuarse a través de la iniciativa aprobada en la Cámara de Diputados, mediante la cual se reduce el financiamiento a los partidos políticos, lo cual pone en una situación de desventaja a la oposición.

Los partidos políticos diferentes a Morena carecen del apoyo gubernamental y es que aunque el Presidente ha manifestado una y otra vez que los programas sociales no deben tener corte electoral, la realidad indica que son todo lo contrario.

Pero esto no es lo realmente peligroso, lo que constituye un atentado en contra del federalismo es que amparados bajo la supuesta austeridad republicana se busca desaparecer los organismos electorales locales, lo cual dejará la organización de todos los procesos en un órgano central, el cual, faltaba más, estará en manos de gente de Morena.

El partido en el poder busca convertirse en juez y parte en cada una de las elecciones, lo cual les dará el control de todos los procesos, situación que sólo el PRI en sus mejores tiempos tuvo en sus manos y que tantas críticas les acarreó.

La reforma electoral que requiere el país debe ser construida a partir del consenso con todos los partidos políticos y con la participación de especialistas, académicos y organizaciones sociales y no resultado de una imposición por parte partido mayoritario.

Los Oples son los garantes de que se fortalezca la democracia en el país, su desaparición sería un grave error, desde mi punto de vista.

Diversos partidos políticos y organizaciones han lanzado voces de alerta porque las propuestas de reforma electoral planteadas por Morena podrían implicar el control de la organización de las elecciones por parte del gobierno y un retroceso democrático sumamente grave en materia de derechos políticos.

Sin reconocer que su llegada al poder fue producto de la combinación del desempeño profesional de las instituciones responsables de organizar las elecciones y de la participación ciudadana, quienes ahora gobiernan, con el pretexto de la austeridad, pretenden desaparecer una estructura electoral que le ha dado credibilidad y confianza a los procesos electorales.

Entre otros factores, gracias a las reformas de las últimas tres décadas impulsadas por la oposición se pudieron crear organismos autónomos para organizar elecciones equitativas, transparentes y plurales que garantizaron el voto libre y secreto.

Y en efecto, ello implicó una cada vez mayor inversión de recursos públicos, pero fue para contrarrestar la desconfianza, que no ha dejado de existir.