Letras al Vuelo
Por: Aldo Báez 

El idio(s), de Christophe Manon (Bordeaux, 1971) el reciente título de la editorial Cuadrivio continua con su tarea de mostrar las voces poéticas que muestran su atención en las formas de expresión y cuestionamiento poético sobre la naturaleza de la poesía y desde La mutación de Lo en Lo, Otros títulos o Cincinnati, una historia personal, no ceja en su empeño de abrir la discusión, sobre la base de la poesía misma como apuesta, ante ciertos panoramas que buscan mantenerla en un lugar de privilegio.

El idio(s), de Christophe Manon nos obliga a pensar en no tanto en el poeta como en la poesía. Sé que tiene otros libros, sin embargo, no sé si lo que presenta tenga algún parangón o antecedente, y aunque no fuera así, sabemos que es un gran libro. Terre vide.

Tierra vacía, ya no baldía, ya no nativa, la tierra está vacía y sola. Así Manon abre su concierto.

Enfrenta a la página y (lejano de lo que pasaba por las calles parisinas hace 130 años) avanza con y sobre la palabra, no sé si poética o no, ni tampoco si piensa en “subvertir la estrechez de miras del lenguaje corriente”. Incluso si va contra el lenguaje corriente. Pero en ocasiones muchos pensamos que el lenguaje, sobre todo a últimas fechas –más que vulgarizarse, se ha empobrecido-, y los poetas trabajan contra ello (que es una forma de mea culpa, pues los poetas mismos, por momentos la desprecian, pues además éste, se ha visto reducido a una mera función denotativa, que empobrece no solo la esencia de las cosas sino la razón de las palabras mismas. No puede ocultar que cuando elimina las diferencias individuales y disminuye el placer que produce su hallazgo gradual. Parafraseo a Heidegger, nos impide hacer del lenguaje nuestra casa y hasta pareciera dudosa nuestra condición como inquilinos.

Manon, sabe que a la verdadera realidad no se llega por encasillamiento de la tradición o renovación o –lo que es lo mismo– por aniquilación conceptual sino por sugerencia de la ruptura o la búsqueda de otra modernidad, con la cualidad que lo hace a través de la metáfora, de la insinuación de imágenes que permiten desplegar la multitud de matices escondidos en un único rasgo, como si se tratara de una pincelada impresionista: precisa y titubeante.

“Idios / idios yo soy un:          idios favorablemente: idios.

Nacido de cruce de un:          idiota y un dios.         Nací: /

Idios es un universo, no se trata de un neologismo sino de un enfrentamiento donde de manera evidente se evidencia la derrota de dios ante el idiota. Otra vuelta de tuerca ante el Verbo. Es decir, el hombre como antípoda de Prometeo, arderá antes que lograr una razón heroica o al menos anecdótica. Manon es un poeta, se cifra en el lenguaje y aunque sabe que será derrotado, no teme por ello pues sabe que no es dolorosa la derrota sino lo que viene después.

No puedo creer que mi cerebro se haya

:atrofiado. Es sin duda:  el centro del ser

Los espacios, las diagonales, los dos puntos, no pretenden otra cosa sino impedir que la poesía se convierta en un simple discurso verdadero o falso.

Día a día soy:             cada vez menos:

No hay duda, el espacio se abre cada vez mas hasta que la Teirra se vacia y nos vamos quedando cada vez, no más solos, simplemente solos. Terre vide.

Por último se agradece la edición bilingüe, pues permite observar el cuidadoso trabajo de Daniela Camacho peor sobre todo cotejar el traslado del propio autor hacia una tierra, más que vacía, desconocida pero hermanada en la voces o expresiones creadoras.