Mis Últimos 20
Por: José Luis Sánchez Solá 

Lo conocí en Guadalajara sobre el 2012. A un ex amigo, Marcelo Michel Leaño, le interesaba que me presentara ante él pero, la verdad, quien quería conocerlo era yo. Me pasó lo mismo en el 2006 con Carlos Hurtado. Él quería conocerme y fui a comer a Ciudad de México con él, pero era mayor mi curiosidad por estar sentado con ese personaje.

En aquella plática en las oficinas Omnilife estaba su ex esposa la señora Fuentes y los cuatro entramos a la oficina de Don Jorge. La plática la llevó la señora Angélica y hablaba de un plan que tenía en Ciudad Juárez para poner un equipo y, lo más interesante, darles a los jugadores una preparación académica. Esa ciudad, en aquellos tiempos, tenía muchos problemas sociales y ella veía al futbol como una medicina. Así transcurrió la plática, sin darme fechas, ni posible contrato. Simplemente fui en carácter de escucha activa.

Mi segunda entrevista con el señor Vergara fue a finales de diciembre de 2012. Yo estaba haciendo pre temporada en Ciudad Victoria y la gente que manejaba el Puebla me marcó para decirme que había la posibilidad de contratarme. Inmediatamente después de un entrenamiento, di las gracias al señor Filizola y me regresé a Puebla, pues me dijeron que mi nombramiento tenía que ser el próximo lunes y el día que di las gracias era sábado. De esta acción no hay día que no me arrepienta de haberla tomado. Llegué a Puebla y toda la semana me tuvieron en espera de mi nombramiento. En esa semana, otra vez, Marcelo Michel me marca diciéndome que el señor Vergara me quería para dirigir a Chivas USA. Yo seguía esperando el día de mi nombramiento en el Puebla. Al final, el domingo, después de una semana de espera, el dueño del Puebla me dice que no podía ser posible porque había gente muy importante que no permitía mi regreso. En recompensa, el señor me pagó el sueldo de un mes que ya había sido pactado: cobré como técnico sin haber sido nombrado, cosa insólita.

Me vi como el perro de las dos tortas: sin Corre y sin el Puebla. Marcelo seguía insistiendo en el plan de USA y entonces en la semana, fuimos a la Ciudad de México, a la calle de Rubén Darío, en Polanco, al departamento del señor Vergara. El edificio y el departamento eran preciosos, con mucho gusto y con una colección de pinturas que lo hacían más espectacular. Yo sabía perfectamente que me iba a ofrecer el equipo y también sabía perfectamente que tenía que aceptarlo. En la reunión, el señor Vergara tomó la palabra y en una hora me explicó lo que él pretendía de ese equipo en tono de convencimiento a mi persona. Su plan era que la escuadra tenía que servir al equipo de México, que teníamos que sacar a la mayoría de los jugadores que no fueran mexicanos, que todos los jugadores que tenía Chivas prestados en la liga MX se fueran para Los Ángeles y así darles mayor seguimiento. También me decía de la gran oportunidad que se venía por tener un equipo del otro lado, de captar a todos los mexicoamericanos y poder tener otra vía de captar jugadores para el equipo de México.

A fuerza de ser sincero, yo ya quería que me diera el contrato, pero él seguía hablando de planes y más planes para el equipo de Los Ángeles. Cosa importante es que el equipo era 100% de su propiedad, pues a su socio, el señor Cue, ya le había comprado su parte.

En todo este plan era importante la presencia de Marcelo como director deportivo que, para mí, era un gran soporte por el acercamiento que tenía con don Jorge.

Al final de la plática yo dije que sí a lo mucho que él planteó en la reunión.

Las cosas se empezaron a desviar cuando a finales de diciembre Marcelo renuncia a su puesto y yo me veo sin mi aliado para efectuar todo lo que el señor Vergara nos había planteado. Al día de hoy, no sé por qué renuncié Marcelo. El puesto que le dieron fue de director internacional de la institución, un puesto totalmente inventado, pero nada pude hacer y la primera semana de enero nombran a Dennis Te Kloese y el día 4 me presento ante él en Florida, lugar en el que la liga agrupaba a los mejores 80 jugadores salidos de la universidad y que serían la base del draft de la liga. Aquí el problema del cambio de Marcelo con Dennis es que perdí el contacto directo con el señor Vergara.

No había que ser mago para descubrir cuál era el problema de Chivas. La cabeza era brillante y con muchas ideas deportivas y sociales en beneficio de su institución, pero en los mandos de arriba y medios imperaba gente que solo veía por su bien, con la menor capacidad de trabajar en equipo y con una gran facilidad de sabotear cualquier plan. Por ejemplo: mi principal misión para empezar el torneo era quitar a los jugadores franquicia para hacerle espacio a los jugadores que Chivas me mandaría. En esos cinco días en La Florida empezaron los choques con mi director nuevo porque me hacía juntas con gente de la liga para que accediera a la contratación de jugadores no mexicanos. Otro ejemplo fue que Chivas tenía derecho de la primera selección del draft, esto por ser el último lugar de la tabla en la temporada pasada. No había duda que el mejor jugador era Carlos Álvarez, con papeles mexicanos y con todo el perfil de lo que se había platicado en Polanco. Pero todos los días Dennis me decía que mejor vendiéramos esa opción a cambio de un dinero para el club. Yo quería hablar con Don Jorge pero era imposible. Al final esa batalla la gané y Carlos fue presentado como jugador de Chivas. Pero los problemas de oficinas seguían. Todos los jugadores que tenía Chivas para reforzar al equipo de USA fueron prestados otra vez en México y al final me quedé con un plantel en el cual había seis o siete jugadores como Don Jorge me encargó y que, al final del camino, jugaron en otros equipos de México o en otros equipos de la MLS, por ejemplo Mike Delgado, que lo tuve a los 18 años; el equipo desapareció y ahora es un baluarte en Toronto. Ejemplo como ese hay muchos, pero la burocracia de la institución no permitió que la idea inicial del señor Vergara se cristalizara.

El torneo comenzó y en las primeras cinco fechas el equipo era puntero. Teníamos un delantero colombiano de apellido Agudelo que era el que nos metía goles. Pues en la fecha seis me dice Dennis que tenía una oferta muy grande para él en Inglaterra, se lo llevó y a los dos meses regresa al equipo de New England, caso que fue muy raro: me lo quitaron para irse a Europa y aparece en el mismo torneo en otro equipo de la liga.

Mi última oportunidad que tuve para platicar con el señor Vergara se dio a los cuatro meses.

Su ex esposa organizó en Ciudad Juárez un partido de Chivas Mex contra Chivas USA. Cuando terminó el juego que empatamos a dos, en la cena quise platicar con él para decirle todo lo que había ocurrido desde la charla en su casa, pero me fue imposible ya que su gente me lo alejó en las oportunidades que se dieron. A cambio Dennis me nombra al señor Palencia en algún puesto que no existía. Yo le dije que no era necesario, que el señor José Luis Real iba con frecuencia a Los Ángeles a ver qué hacíamos en los entrenamientos y a darle seguimiento a seis jugadores que me mandaron de segunda división. Pues su respuesta fue que no le importaba y que Palencia se quedaba sí o sí.

La aparición de este señor se manifestó en dos entrenamientos, pues después tuvo que viajar a España por algún problema familiar. Lo vi dos veces y después el día que me dieron las gracias, ni un día más.

Toda esta historia viene a colación de qué fue lo importante o el legado del señor Vergara al futbol y mi conclusión, porque la viví, es de un propietario con ideas nuevas y, repito, brillantes, pero que nunca se rodeó de gente que lo ayudara a concretar ni el 30% de su pensamiento. Siempre confió mucho en su consejo directivo, en sus directores, en sus secretarios, etc., cuando los que entorpecían todos los planes eran los mismos en los que él confiaba. Puede haber excepciones, pero estas también se enfrentaron a todo el cuerpo burocrático que se tenía. Rafa Puente, en su carácter de director deportivo, se enfrentó a muchos que no le dejaban ejercer su posición y que al final fomentaron el despido de Rafa.

Parece que hoy en día, y como van las cosas, con el señor Peláez y su hijo Amaury al frente de la organización, las cosas pueden ir mejor y entonces todas sus ideas las podrá ver reflejadas desde el cielo. El director deportivo que tienen es de pocas pulgas y no va a permitir que nadie se entrometa en su trabajo y en el objetivo por el que fue contratado. Eso será lo más benéfico para la institución.

Para terminar, darle seguimiento al cargo del señor Tena sería una acertada decisión del equipo. Se nos olvida la capacidad que tiene este técnico y con los refuerzos, muy necesarios que se contempla traer, el equipo podrá estar en los lugares que merece y sería el mejor homenaje que se le podría dar a Don Jorge.