Mis Últimos 20
Por: José Luis Sánchez Solá 

El último partido del Puebla en el cual gana categóricamente 3-0 a un Necaxa puesto en liguilla, con un juego que a lo largo de la temporada lo llevó a ganarse un lugar fuera de cualquier discusión y con el campeón de goleo en sus filas, el resultado es catalogado como sorpresa.

El técnico del rival dice que el juego poblano lo sorprendió. La primera no sorpresa viene porque que el equipo venía jugando o por lo menos, planteando sus partidos de la misma forma, mucho orden atrás, un medio campo compacto y dos delanteros tapando o ensuciando la salida rival, todos juntos a partir de media cancha y en cuanto recuperaran la pelota, lanzarse al frente lo más rápido posible.

En los tres goles que se consiguen, en el área rival no hay más que dos o un defensor y éstos siempre corrieron hacia atrás, señal de que estaban mal colocados.

Ahora, me vienen a la cabeza dos lecturas que tampoco tienen sorpresa: el Puebla, después de cumplir con la regla del menos y no tener que prescindir de Lucas en el ataque, pone a siete extranjeros en su cuadro titular y no fueron ocho porque Angulo lamentablemente tiene una lesión seria, entonces estos contra ataques con Lucas y Tabo en el frente, acompañados por Chumacero, Fernández y Marrugo lo hacen más efectivo. Atrás, con una línea defensiva inédita con Pablo y Rodríguez por fuera y Maximiliano y Arreola de centrales y Zabala de contención, cada vez que se lograba recuperar la pelota, no se quedaban atrás y volvían a juntar al equipo en zona de ataque. Puebla no necesitaba minutos de menor, entonces no hay sorpresa en la alineación.

La segunda lectura que veo es que dados los acontecimientos del jueves pasado al correr al señor Alustiza, todo mundo se da cuenta que el poder, por fin, recae o lo tiene el director técnico y esto no es cosa menor, el que decidirá quién se va y quién se queda será el técnico y más allá que el señor Alustiza, que le caiga bien o le caiga mal al técnico en turno, fue una llamada a todo el plantel para indicarles cuál sería el próximo camino a tomar y el mensaje fue claro: si a Alustiza le damos las gracias y no lo dejó despedirse del público, con el poder que tiene el técnico, cualquiera podrá salir sin ningún problema. Se dio el golpe en la mesa y surtió efecto.

Esto se da en muchos equipos y los resultados normalmente son buenos. En cambio, cuando el jugador piensa que puede poner y quitar técnicos para disculparse o para no asumir su responsabilidad, los resultados quedarán en segundo término.

Lo lamentable de lo sucedido el pasado viernes, fue el minuto que participó el joven de 16 años, no 15. ¿Cuál era la intención? No la entiendo y también puedo pensar en varias negras opciones: decirle a la afición que se trabaja en fuerzas básicas cuando el joven García no tiene ningún minuto en Sub 20, o pasar el mensaje de que sale uno de 35 años por la nueva joya, como estúpidamente se dijo, de 16, o la peor, decirle a Alustiza que ese minuto que él pedía, preferían quemar la vida de un joven a cambio de no dársela a Matías. Más allá de cómo se trabaje en fuerzas básicas, el tiempo promedio de un proceso de formación que va de cinco a seis años y que esta administración tuvo a bien instituirla, aún no se cumple este periodo como para sacar al primer jugador.

A la salida tardía de Loroña, no se tenía el Sub 20 y menos en la Sub 17 a un elemento que pudiera cumplir la regla y por esa razón se contrata a Lajud, Abella y Ramírez para tratar de cumplir con dicha regla. Para tapar esta ausencia se intentó jugar con Chumacero, Acosta, Zamora, Vidrio y Pablo que ninguno da la edad y entonces los minutos de menor en un 90% los cumplió Abella que venía de la Sub 20 del Toluca y sin experiencia en primera división.

Pero volviendo al tema del minuto dado al joven García, espero que la gente de psicología del club tenga el tino y las palabras adecuadas para poner en la tierra al joven, que ninguna culpa tiene de su alineación y que sin equivocarme, fue usado con objetivos no claros: se hizo más daño que supuesto beneficio.

El futuro próximo que le viene al equipo dependerá de la salida o no de Lucas. Si se va, tendrán oportunidad, primero de compensar los pasivos que se tienen y después tratar de tener el buen ojo que se tuvo al traer a Lucas para contratar a otro en esa posición, además de poder traer a dos laterales nominales y que ahora el equipo no tiene.

En caso de que no salga Lucas, y ante el poder que gracias a Dios sí tiene el técnico, me imagino que por el conocimiento que tiene del futbol en Perú, deberán apostar a contratar laterales con la problemática que su llegada sería sin costo porque no se tendrá dinero si no hay venta.

Los demás jugadores, a sabiendas que el técnico no se irá y que tiene todo el respaldo de sus superiores, se pondrán a ejercer su profesión tal y como lo hicieron el pasado viernes y así cerrar cualquier camino de distracción. Este conjunto tomando una buena racha no está para campeón, pero sí para hacer entre 25 a 22 puntos.

Con cambio de técnico, sin lateral derecho, sin centro delantero con experiencia, con una nueva forma de jugar, con imponderables de lesiones fuertes como Luis H, Angulo, Zamora y Vidrio, lograron 16 más el que se tenía a mi salida, se podrá aspirar a siete u ocho más.

La televisora que tiene como finalidad producir programas de televisión, estará contenta y más si logran vender a Lucas. Sólo queda lo más importante: la afición. A esta ojalá sin discursos y promesas sin bases, se le diga la realidad, lo que es y lo que no es, sin reprochar el pasado, pero con la verdad del presente. Entonces, más allá del trabajo de mercadotecnia que se tiene, podrá ser la catapulta para que la gente apoye una realidad y dejen de pensar que el Puebla es el América de Televisa y pongan a funcionar la frase de que la verdad los hará libres de culpa para lo que se viene.

El título queda bien a este planteamiento, no hay sorpresas porque las cartas estarán en la mesa y nadie reprochará. Si quieren un equipo de primera división no hay más camino que este, primero seremos parte del show que se monta cada 15 días en el llamado Viernes Botanero y segundo, una vez que nos traguemos el sapo al saber que 75 años son utilizados con ese fin, disfrutar lo que en 18 estados del país no tienen, un equipo de primera división.