Sin Derecho de Réplica
Por: Alberto Rueda / @AlbertoRuedaE

La clase intelectual y cultural poblana ya cuenta las horas para que inicie la nueva administración estatal y termine la gestión de Montserrat Galí Boadella al frente de la Secretaría de Cultura.

Este es todo un caso de estudio, pues quedó demostrado que una cosa es dedicarse a la academia y a la investigación, y otra diferente a la administración pública.

La doctora Galí es historiadora y pasó por universidades de gran renombre tanto en Barcelona como en Zagreb. Cursó un posgrado en Historia del Arte por la UNAM y es toda una eminencia en la docencia, tanto en la Iberoamericana México, como en la Escuela Nacional de Antropología e Historia.

El problema vino en aterrizar sus conocimientos en la esfera pública como secretaria de Cultura, una tarea nada fácil pero tampoco imposible.

Quienes han presentado proyectos, han gestionado esquemas de difusión, han requerido apoyos para fines exclusivos del arte y la cultura en Puebla, incluso para la preservación de espacios históricos dentro del primer cuadro de la ciudad, en edificios considerados Patrimonio Cultural de la Humanidad, se han topado con una funcionaria prepotente, grosera y alejada a la realidad.

Ni sus propios colaboradores tienen un buen comentario de ella, amén de que muchos fueron despedidos de manera injusta. Barrió parejo pues muchos de ellos y ellas eran muy valiosos dentro de la dependencia.

No cabe duda que una cosa son las aulas y la investigación, y otra muy diferente es afrontar en la calle los retos que como sociedad vivimos.

No por menos, hasta Palacio Nacional llegaron solicitudes para que Montserrat Galí Boadella —de quien se tenían grandes expectativas— no fuera ratificada como titular de la dependencia, voces que fueron escuchadas por el mismo gobernador electo de Puebla, Luis Miguel Barbosa Huerta.

Ahora lo que espera el sector cultural poblano es que el antropólogo Julio Glockner Rossainz no cometa los mismo hierros y sea un funcionarios sensible, inteligente y adecuado para los nuevos tiempos que enfrenta el estado, sobre todo tomando en cuenta que en Puebla existe un gran legado cultural que en algunos caso urge sea conservado y en otros, es necesario sea impulsado.

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Vaya situación a la que nos estamos enfrentando como país.

Lo que pasa con el gobierno federal no es tema menor.

La renuncia del hombre de todas las confianzas del presidente Andrés Manuel López Obrador, su brazo derecho, su asesor, su compañero de batallas, el que parecía el más incondicional del gabinete… nada menos que Carlos Urzúa, quien desde el inicio del mandato fue secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), pone en evidencia la grave crisis política y de gobernabilidad que atraviesa el Estado mexicano.

Y la situación no puede ir peor cuando a las pocas horas también renuncia el zar antisecuestro de la SEIDO, Gualberto Ramírez, sumando con este último 10 los funcionarios más influyentes desde el arranque del gobierno del López Obrador.

Quiere decir que ya conjuntó una decena de importantes renuncias en tan sólo siete meses y medio.

La luna de miel de la Cuarta Transformación terminó. La semana que corre no es para nada la mejor del Presidente, ya que se suma la baja aceptación que registró en este julio, la cual va en caída libre.