Desde lo que se considera un escenario emblemático para los mexicanos, y sí que lo es, la original sede de la Cámara de Diputados en Palacio Nacional que funcionó hasta el año 1872, este fin de semana el presidente Andrés Manuel López Obrador cumplió su promesa de presentar un ensayo de la nueva política económica en tiempos del COVID-19. En un video de 15 minutos explicó que lo elaboró en su “tiempo libre” y se lo dedica a los enfermos de Covid-19, los fallecidos y sus familiares.

Son 30 hojas en las que pretende que dejemos de ver a la economía sólo en función del crecimiento económico literal, dijo: “No andar pensando que lo más importante es la medición que se hace en el PIB, no, el crecimiento debe ir acompañado de la democracia, la justicia, la honestidad, la austeridad y el bienestar”. “No son ocurrencias, es producto de una reflexión y también de la experiencia, recogiendo los sentimientos de nuestro pueblo” (Sic).

En buen plan: ¿Cómo poder entenderlo cuando los mensajes, acciones, decisiones y resultados son contradictorios? ¿Cómo entenderlo cuando lo que menos tiene, sustenta y expresa está años luz del rigor y los marcos teóricos de economistas y expertos?

Él mismo ha expresado que no es sabelotodo, que deja en manos de expertos las cosas para no equivocarse, ¿y luego? Luego los descalifica, para después regresar a opinar como experto. Un ejemplo claro de lo que se presentó el sábado es la gráfica que se publica en el documento, por cierto, la única, y es la del índice Gini de 1989 a 2018; con ella se pretende mostrar el fracaso del neoliberalismo, pero lo que se muestra ahí es que disminuyó, porque, entre más bajo el número, hay menos desigualdad, ¿Entonces? ¿Lo entendió al revés? ¿Y sus asesores? ¿No hubo un experto que hiciera una revisión fina a un documento tan importante? Perdón, acabo de recordar que él es su único asesor, él es su propio jefe de comunicación, él es su propio estratega en todo y para todo.

La ignorancia que se muestra supera cualquier teoría y nos lanza sin remedio al plano internacional en condiciones que seguramente tendrá consecuencias. No sólo no hay certeza jurídica en este país para los inversionistas extranjeros, aunque digan que nadie por encima de la ley, los argumentos de que se ha acabado con la corrupción y nada es como antes se termina con los contratos que se exhiben y realizan hijos de funcionarios del gobierno, como el hijo del ex gobernador de Puebla, etcétera. Lo cierto y lo realmente importante es que no hay quien tenga el valor y se atreva a contradecir o corregir cuestiones tan simples como la interpretación de una gráfica. Mal, muy mal. Me hizo recordar el cuento de Hans Christian Andersen El traje nuevo del emperador que en resumen dice: “No tiene por qué ser verdad lo que todo el mundo piensa que es verdad” lo que él piensa que es verdad.

Lo bueno, es evidente que su teoría es incorrecta.

Lo malo, ¡le creen!

Le peor, tenemos elecciones en puerta y Morena sigue arriba en las preferencias.

Lo feo, los bots siguen creciendo.

Lo triste, es nuestro futuro.

Peor, imposible.

DE FRESA Y DE CHOCOLATE

La violencia intrafamiliar no puede seguir siendo invisible a las autoridades con la excusa de que son llamadas de guasa, las denuncias reales como consecuencia del confinamiento se incrementaron 74% en mayo. No estamos aprendiendo nada. #NoMásViolencia.

 

Las opiniones expresadas por los columnistas son independientes y no reflejan necesariamente el punto de vista de 24 HORAS PUEBLA

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