La Entrega
Por: Adrián Ruiz 

El Góber precioso se da el lujo de organizar cáscaras de futbol y asados en su casa de Xilotzingo. Hasta su compadre Javier García Ramírez, otro personaje buscado por la Interpol, acude. 

Las autoridades desde hace tiempo saben dónde está y cómo localizarlo. Pero por una presunta negociación no es aprehendido. También acudió recientemente a Nativitas, de donde es originario, para los funerales de su papá.

La realidad es que ni la Interpol busca bien, ni Marín Torres se oculta. Ambas partes hacen mutis. Eso le permite al ex mandatario poblano contar con impunidad y disfrutar de los beneficios económicos que le dejaron, primero, la presidencia municipal y luego la gubernatura.

De lustra botas pasó a ser uno de los millonarios más acaudalados de Puebla. Eso sí, con la gran frustración de ver su carrera política truncada por la torpeza en el caso Lydia Cacho.

Mario Plutarco logró pactar para evitar ir a prisión. Lo mismo hizo Ulises Ruiz. Los dos con la consigna de no sacar la cabeza en la política después de finalizados sus mandatos.

Sin embargo, Marín Torres ha empezado a moverse en apoyo de quienes pretenden volver a asumir el poder a través del PRI o de cualquier otro partido que requiera de inyección financiera.

De ninguna manera acepta que políticamente y para los poblanos es un cadáver. Probó las mieles del poder y quiere prolongarlas aunque no sea en su persona. Cuenta con recursos financieros para llevar al Congreso del estado a algunos diputados y lograr presidencias municipales.

Tiene en su poder el mapa político donde el PRI cuenta con posibilidades de ganar. Y no dudará en apoyar a los candidatos. Sin duda sabe el teje y maneje y su retorno es inminente para tener un coto de poder en Puebla.

Nada le importa que las candidaturas las oferten en todos los partidos —y cuando digo todos son todos los existentes con registro en Puebla— entre dos y tres millones de pesos.
Faltaba más.

REPORTE DEL INFORMANTE

Oscuros intereses. El boyante negocio de los ilegales mototaxis en todo el estado es exclusivo del diputado Jonathan Collantes. Desde luego cuenta con protección para operar sin riesgo.

Este medio de transporte alcanzó su auge en el sexenio morenovallista. El responsable de expedir los permisos en la entonces SCT, Juan Manuel Alcántara Silva —hermano de Jaime—, fue denunciado en su momento.

Pero como siempre, nada ocurre. El gobierno de entonces dijo que se le procesaría penalmente. Nada ocurrió, vive en Cuacnopalan con lo lucrado, de donde es originario.

Una vez cimentado el negocio, Collantes Cabañas saca provecho y bien alcanza para repartir.