Será en diciembre cuando Jaime Roque García deje la dirigencia de la sección 51 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y para ello ya se prepara para impulsar a quienes puedan seguir con su proyecto. El problema es que el sindicalismo pasa por un mal momento y las fracturas al interior del gremio son muchas y muy grandes derivado de la pelea entre el dirigente nacional Alfonso Cepeda Salas y Elba Esther Gordillo que ya tiene su partido Redes Sociales Progresistas (RSP).
Sin aliados reales y sin el apoyo de Darío Carmona quién fue echado del sistema educativo por el propio gobernador, Luis Miguel Barbosa a Roque García le esperan tiempos difíciles y es que sus alfiles para sucederlo nada más no levantan.
El secretario particular del actual líder sindical, Jorge Vázquez Machorro ha levantado la mano para la renovación de la dirigencia, pero desde la comodidad de su plaza como personal comisionado con clave docente, es decir que cobra como profesor de tiempo completo, aunado a un sueldo como representante sindical con lo que entra a la pugna con dinero del erario, pero sin el apoyo de las bases quienes lo consideran ahijado político de Roque García.
El plan B del líder sindical es Alfredo Gómez Palacios, quien ocupa la secretaría de créditos del ISSSTEP desde donde Roque busca posicionarlo, sin que hasta el momento lo haya logrado.
En la lucha por la dirigencia se ubica también el secretario de trabajo y conflictos de educación superior, Héctor Santaella Sosa quien mantiene un perfil bajo luego de que se filtró a los medios de comunicación un supuesto viaje a la Habana Cuba en el que habría acompañado al secretario de educación Melitón Lozano Pérez.
Y es que en el SNTE el relevo generacional simplemente no se da, ya que el candado está en los requisitos que señalan que se debe contar con un mínimo de ocho años como miembro de la organización, haber ocupado un cargo a nivel seccional, es decir ser parte de la burbuja que dirige el gremio magisterial, además existe una cláusula que dice que los candidatos deben gozar de “probada honestidad”.
Dos personajes con amplias posibilidades y que han buscado la dirigencia sindical en otras ocasiones son Dinorah Guadalupe García Hernández y Felipe Neri Morán Álvarez. Ambos viejos lobos de mar que podrían concluir su carrera sindical con el anhelado puesto.
García Hernández es directora del fondo de ahorro de los maestros del SNTE y en varias ocasiones ha desistido de su aspiración a la dirigencia seccional o ha sido superada por los ex líderes, Cirilo Salas Hernández y Jorge Luis Barrera de la Rosa.
Felipe Neri Morán Álvarez, actual secretario de finanzas nuevamente buscará la dirigencia del gremio que aglutina a más de 35 mil maestros que son pagados por el gobierno del estado.
A pesar de que ese sindicato pasa por un mal momento ya que los recursos económicos no fluyen desde el gobierno como en sexenios pasados cuando eran aliados del PRI o el PAN, aún representan poder por la asignación de plazas magisteriales y de personal de apoyo con lo que sus representantes mantienen canonjías del viejo régimen como Suburbans del año y viajes pagados al extranjero.

La nueva imagen de Tehuacán o más asesores con cargo al erario

Con el edil de Tehuacán Felipe de Jesús N. en la cárcel, en ese municipio buscan cambiar su “imagen” o más bien crear una marca de ciudad. Para ello, la regidora panista, Elba Nieves García impulsó la contratación del consultor Fabián Pulido.
Pese a que uno de los señalamientos de corrupción que mantiene privado de la libertad a Felipe N. es el pago de asesores por 15 millones de pesos en los primeros cinco meses de su gestión, ahora el ayuntamiento a cargo de la tesorera, María del Carmen Siliceo Rodríguez sigue contratando externos para la operación cotidiana.
Fue la semana pasada cuando la comisión especial transitoria de ese municipio aprobó el pago de 147 mil pesos por concepto de prestación de servicios de capacitación y aplicación de herramientas etnográficas y marketing por dos meses.
Aunado a ello, se integró como director de comunicación social a Álvaro Camargo, otrora parte del equipo de la panista Verónica Sobrado.
El movimiento se realizó tras la renuncia de la comunicadora Cintia Cante González quien se opuso a la contratación de los servicios del consultor que se define como comunicador, semiólogo, asesor en imagen pública y estrategia política, conferencista, productor y conductor de radio, televisión y medios digitales.
El enroque fue mal visto por los representantes de los medios locales, quienes ven la llegada de Pulido como la intromisión de un foráneo en temas locales.

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