ECONOMÍA
Una de las frases que normalmente utilizo cuando se discuten temas sociales o económicos, antes de soltar datos duros para sustentar un argumento y quitar el velo ideológico con el cual se suelen abordar los fenómenos sociales en este país es la de “la frialdad de los números” que inmortalizara en sus narraciones del beisbol el famosísimo Mago Septién.
Traigo esto a colación porque el presidente López Obrador es un gran aficionado al beis. Seguramente escuchó narraciones del Mago Septién y quizá conoce la leyenda de que, contando únicamente con los registros numéricos que le llegaban vía télex, el Mago era capaz de recrear juegos enteros y mantener fascinada a la audiencia. Es decir, sin datos fidedignos y oportunos ni siquiera la magia de Septién hubiera alcanzado para hacer narraciones.
Los registros y los datos importan.
Lo anterior viene a colación por el insensible y muy desafortunado exabrupto del presidente López Obrador al minimizar la importancia de un feminicidio y considerarlo un distractor de un tema “importante” (para él) como la rifa del tan manoseado avión presidencial.
Después de esa declaración fuimos muchos quienes, independientemente de nuestro sexo o procedencia, nos sentimos indignados. Indignados, sí, por imaginarnos el dolor y la impotencia de la familia de una niña destazada únicamente por el hecho de ser mujer y no haber podido defenderse de su agresor, pero que públicamente es descalificada como irrelevante por un Presidente que debería gobernar para todos. 
Indignados también porque, por muy doloroso que sea, no se trata de un feminicidio. Durante el primer año de gobierno del presidente López Obrador, fueron tres mil 752 mujeres asesinadas (la cifra más alta en la serie de histórica de homicidios que presenta el INEGI) de las cuales 976 podrían ser considerados como feminicidios, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Tan sólo en Puebla, durante 2019 se registraron 58 feminicidios, siendo la quinta entidad federativa con mayor incidencia (Veracruz, 157; Estado de México, 122; Ciudad de México, 68; y Nuevo León, con 67).
Señor Presidente: no es un feminicidio, son tres mil 752 mujeres asesinadas y todas y cada una de ellas son más importantes que cualquier rifa.
Y si alguien va a defender el insensible comentario del Presidente con el argumento de que las tres mil 752 mujeres asesinadas son apenas 11.45% de los 36 mil 685 homicidios registrados durante 2019, entonces déjenme de una vez decirles que no están entendiendo nada: en este país no tendría por qué haber esa cantidad de asesinatos y, mucho menos en pleno siglo XXI, mujeres asesinadas por el simple hecho de ser mujeres por algún retrógrada que considera “normal” que se les violente.
POLÍTICA
Ángela Merkel, la poderosa canciller de Alemania (no presidenta, ya ven que luego la jefa de Gobierno de CDMX confunde los regímenes parlamentarios con los presidenciales) está viviendo el ocaso de su carrera y, me atrevo a decir, uno de los momentos más complejos de la misma.
Además de la recesión de la economía teutona (más o menos como la nuestra, con la diferencia de que: a) allá la admitieron e implementan políticas contracíclicas, mientras que aquí seguimos jugando al tío Lolo con los “otros datos” y “el crecimiento no es importante”; y b) la contracción alemana afecta a toda Europa, que de por sí ya estaba más que complicada con el Brexit, y se vuelve un problema global dada las afectaciones en China por el coronavirus) ahora se une una crisis política que pone en serio riesgo la continuidad de una “Alemania tipo Merkel”.
La sucesora de Merkel en el liderazgo de su Partido (CDU) y quien también parecía serlo para el gobierno alemán, Annegret Kramp-Karrenbauer (AKK como se le conoce en la prensa germana), encontró su noche triste Thuringia al permitir que la rama local de CDU rompiera la regla de no hacer alianzas con la ultraderecha y pactar con el Partido Alternativa para Alemania (AfD), lo que provocó una crisis política en todos los niveles. Se tuvo que convocar a elecciones en las que el CDU quedó en cuarto lugar, el líder local del CDU dimitió, Ángela Merkel calificó lo sucedido como “acto imperdonable” y AKK se despidió tanto del liderazgo de su partido como de sus aspiraciones a ser canciller.
Tal como le pasara a Helmut Kohl, otro gigante político alemán, el final de la carrera política de Merkel está resultando demasiado amargo para lo que ella significó para su país, Europa y el mundo. Ante la desgracia de AKK, ahora hay cuatro candidatos varones para hacerse de CDU y todos con ideas distintas a las de Merkel. Se viene una nueva Alemania.
OTROS PECADILLOS
Me estoy quedando sin espacio, así que escribo breve y directo: mi Puebla en crisis de resultados, lo que abre la puerta a cambios importantes e inminentes; mis Chivas, cada vez más parecidas a mi Puebla. Estoy comenzando a sospechar que el salado soy yo.

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